El 8 de octubre de 2022, en la línea de meta de la 116ª edición de Il Lombardia en Como, Alejandro Valverde culminó su última carrera como ciclista profesional en carretera. El ciclista murciano colgaba la bicicleta tras una trayectoria de dos décadas con más de 130 victorias en su palmarés. Triunfos de etapa —y podios— en las tres grandes vueltas, cuatro Liejas, una Vuelta a España, su dominio de la Flecha Valona con cinco victorias… y, por supuesto, el imborrable momento en el que se enfundó el maillot arcoíris en Innsbruck 2018.
Se retiró de la carretera, pero la vida de Valverde sigue ligada al ciclismo a través de su nueva vertiente gravel y con una relación muy estrecha con el Movistar Team. Precisamente, desde el hotel de concentración del equipo telefónico en la pasada Volta a Catalunya, en la previa de la jornada en el Berguedà con la subida al Pradell, hablamos en un nuevo episodio de VOLATA Radio con el murciano sobre su aventura off-road con pruebas gravel y mountain bike, la Sea Otter Europe, la llegada de la UCI Gravel World Series a Girona, la ultradistancia, la retirada, su futuro en Movistar Team y mucho más.
Con la perspectiva del tiempo, ¿crees que fue un buen momento para retirarse del ciclismo de carretera?
Fue un buen momento, porque me retiré estando a un gran nivel y en mi última carrera, que fue Lombardía, estando entre los cinco primeros. O sea que estoy muy contento. El año pasado fue un año un poco de transición, haciendo un poquito de gravel, haciendo otras cosas, estando con el equipo, y este año sí que es cierto que mejor todavía, porque en tu primer año después de estar toda la vida haciendo lo mismo se te hace raro. Es difícil afrontar la retirada, pero también vas descubriendo cosas nuevas. Tengo la suerte de poder seguir entrenando bien, disfrutando de la bici y de seguir ligado a Movistar, que para mí es un placer.
Sigue intacto, por tanto, el hecho de seguir dándole a los pedales, mirando el potenciómetro… ¿Cuál es tu próximo calendario en gravel y mountain bike?
Me encanta participar en MTB aunque no es mi punto fuerte porque al final es muy técnico, pero también me lo paso bien. La semana que viene voy a la Vuelta a Ibiza (nota del ed: la entrevista se realizó antes de esta prueba el último fin de semana de marzo). Y luego del mundo gravel pues iré a California, ahora en abril, y estaré en la feria Sea Otter y también haré la prueba de gravel. Luego repetiré en la Sea Otter Europe de Girona, donde también participaré en la carrera UCI, la Indomable y algunas pruebas más.
Precisamente, el año pasado ya te vimos en la Sea Otter de Girona, que este 2024 será una prueba UCI de la Gravel World Series, es decir, clasificatoria para el Mundial. ¿Te gustó Girona para hacer gravel?
Sí, la verdad que es muy bonito. Es un paraíso para el gravel y, la verdad, que hay unos recorridos brutales. La prueba en sí, el año pasado, tenía una primera parte bastante llana, pero luego los últimos 40 km se acumula un gran desnivel y es muy exigente. A mí no me dio tiempo a ver muchos paisajes, porque se va bastante rápido, pero en 2023 no tenía previsto hacer la prueba corta, tan solo la larga, pero al día siguiente hice también el recorrido más corto y ahí ya sí que tuve tiempo de disfrutar más del entorno.
De hecho, el gravel te ha enganchado completamente, ¿qué le encuentras a esta disciplina?
Yo siempre he sido carretero y seguiré siendo carretero, pero en el gravel la verdad que tienes la oportunidad de ver esos paisajes que no puedes ver en la carretera y, además, tienes la tranquilidad de no tener coches. Y luego la bici, que es muy parecida a la de carretera y la sensación que te da cuando te adentras en caminos con esa velocidad, adrenalina, de poder disfrutar… Y eso también es bonito.
¿Crees que el gravel te ha ayudado a que la retirada sea más placentera?
La verdad que me ha ayudado muchísimo, porque a mí me ha faltado algo. El año pasado tenía el gusanillo de competir y sobre marzo más o menos pensé: ‘Quiero volver’. Pero bueno, en abril hice la Indomable, encadené alguna prueba y ya ese gusanillo se iba apagando poco a poco. Aun así, en octubre se lo comenté a Eusebio, pero me dijo: ‘Alejandro, ¿dónde vas? No tienes necesidad’. Me veía en la obligación de plantearle la idea, pero no fue ni mucho menos insistir porque vi que no era necesario.
A lo largo de tu trayectoria has experimentado un cambio enorme en el ciclismo. Ahora que lo puedes ver desde la barrera, ¿qué es lo que más ha cambiado en los últimos tiempos?
Ha cambiado mucho. Antes entrenabas bien y te cuidabas y poco más, pero ahora es todo mucho más metódico con los vatios. La alimentación también es fundamental con todo medido, antes era un plato de pasta y pollo —reconoce mientras ríe—. Hoy en día existe el post que te tomas nada más terminar la etapa, en esa ventana abierta de 30 o 45 minutos después. También han cambiado las bicicletas, la forma de correr, la forma de dirigir… Un equipo como el nuestro a lo mejor era una plantilla de 50 personas y ahora hay una plantilla de más de 120.
¿Y cambiarías algo del ciclismo actual? Es decir, algo que en tu época era mejor, la forma de encarar algunas situaciones…
No, yo creo que está bien. El ciclismo de ahora es puro espectáculo con las nuevas generaciones que lo mismo te atacan a 50 que a 80 kilómetros. Es que no se lo piensan. Hubo una época en la que el ciclismo estaba demasiado medido, como por ejemplo cuando empezó el equipo Sky, estaba todo muy controlado. Decían: ‘Es que esa gente no arranca’. No, es que no se puede arrancar porque lo tenían todo tan excesivamente controlado que era imposible atacar. Ahora todo es mucho más espontáneo y creo que el ciclismo está viviendo una buena etapa.
La entrevista completa la puedes escuchar en VOLATA Radio