Con la mirada en la tierra

La práctica del gravel multiplica adeptos cada día. Su versatilidad le permite ir del ejercicio más cotidiano del ciclismo hasta las experiencias viajeras más extremas. Además, la incorporación de complementos minimalistas –nos referimos al bikepacking- convierte el gravel en un todoterreno del día a día. En definitiva, se trata del ciclismo en esencia: desplazarse de un punto a otro superando todo tipo de obstáculos. Esto ha hecho que las principales marcas dejen de ver esta especialidad cómo una simple moda pasajera para centrar las fuerzas en explorar su mercado. Es el caso de la casa italiana Sportful que acaba de presentar una nueva colección de la línea Giara –“gravel” en lengua véneta– pensada exclusivamente para este tipo de ciclismo.

La conexión del ciclismo con los elementos parece destinada a encontrarse con la tierra. Incluso las grandes vueltas por etapas han incorporado tramos de sterrato en algunas de sus etapas estrella. Pero lo mejor es que el gravel no excluye ningún elemento sino todo lo contrario, permite enlazar los pasos que hay entre un escenario y otro. Sólo así se explica la conexión entre la decadencia de un parque acuático fuera de temporada y la explosión primaveral de una bodega joven y emergente que triunfa con sus vinos ecológicos. Para presentar “Giara”, Sportful escogió diferentes platós del Alt Empordà, en Girona, en un fin de semana de tramuntana redundante. Pero, en definitiva, el viento supone un plus más para el test de la ropa de un ciclista así que las diferentes opciones de la colección para esta primavera-verano tenían delante un abanico amplio para pasar la prueba. La estrella es el SuperGiara, una combinación de maillot y culotte de gama alta, con bolsillos más grandes y bandas reflectantes pero disimuladas en el maillot y cuatro bolsillos incorporados en el culotte. Sin duda, unas prendas pensadas para los apasionados por las largas distancias. Y junto al SuperGiara, el maillot Giara Tee, más cómodo y holgado y pensado para un ciclismo cercano al ocio e incluso turístico.

Del parque acuático, el recorrido preparado por Sportful se distanció de la costa para adentrarse por caminos y pequeñas carreteras –de la tierra al asfalto y viceversa- flotando por los Aiguamolls de l’Empordà, en Roses. El paso superó enormes propiedades históricas en aparente desuso, riachuelos divertidos, zonas de huertos y pequeños pueblos con encanto indiscutible. El caso de Peralada bien sirve de ejemplo, con un castillo del que se tienen referencias del siglo IX y que actualmente es escenario cada verano de un prestigioso festival cultural. La ruta acabó entre viñedos, posiblemente uno de los espacios en que el nexo con la tierra llega a sus máximas expresiones. No hay vino sin tierra. Cómo el gravel. Una fusión que rompe los marcos establecidos. Aunque quizá todo esto ya existía y el gravel es simplemente lo que hemos visto toda la vida pero con un nombre molón. Al fin y al cabo se trata sólo de pedalear pero si se hace mejor vestido, no hay tramuntana que lo discuta.