Ayer supimos que, después de quince años juntos, este 2019 no habrá pareja Pancani-Martinello en las retransmisiones de la RAI, según ha anunciado el propio exciclista en este post en su página de Facebook. Se rompe así un dúo mítico que empezó su aventura en 2003 cuando el exciclista aceptó la llamada de la radiotelevisión pública italiana. Hace unos meses, en VOLATA entrevistamos a Martinello; fue un viaje exprés a Milán, junto a la sede del ente público, y aunque el pacto era de una hora la conversación se alargó hasta las dos.
Silvio Martinello (Pádua, 1963) dice que no le gusta contar demasiadas batallitas cuando hace de analista técnico en las retransmisiones de ciclismo en la RAI, al lado de Francesco Pancani, pero se crece cuando le dejan campo por correr y puede poner en valor su experiencia. Fue un velocista italiano atípico. Consiguió hacer de las carreras de los Seis Días un oficio que logró combinar con dos medallas olímpicas en la pista y una trayectoria en la carretera más que destacable con etapas en el Giro y La Vuelta. Pasó por los equipos italianos más emblemáticos de los años noventa: Atala, Polti, Mercatone Uno y Saeco, en el que vivió una complicada relación con Mario Cipollini. En esta conversación —tenéis la versión completa en el número #14 de VOLATA publicado en abril de 2018, un especial dedicado al velódromo Vigorelli— , Martinello nos habla de su amor por la pista y de cómo echa de menos que Milán tenga un velódromo capaz de albergar competiciones oficiales. Aquí os dejamos el fragmento de la entrevista publicada en VOLATA en que nos centramos en reflexionar sobre su trabajo periodístico.
© Facebook / Silvio Martinello
¿Desde cuando eres comentarista en la RAI?
Llevo desde 2003. Había tenido algún contacto antes pero oficialmente desde el 2003. El momento crucial fue cuando Casani, que siempre ha sido el comentarista italiano oficial por excelencia pasó a ser comisario técnico de la Selección Nacional de Ciclismo, entonces entré yo. Antes yo era el número dos, hacía las cosas secundarias y luego pasé a hacer las principales como el Tour de Francia.
Te retiraste ese mismo año, ¿verdad?
Sí, correcto. La última carrera fue en España, en las Seis horas de San Sebastián. Antes había corrido por última vez los Seis Días de Berlín a finales de enero y a finales de febrero llegó esta llamada de la RAI. No me lo esperaba.
¿Te gusta?
Sí, me gusta el trabajo. Y puedo decir que me apasiona. Desde que empecé a hacer las carreras más importantes es un trabajo más duro e importante. Antes hacía muy pocos directos e intervenía de vez en cuando desde la sede de la RAI para hacer algún resumen del Giro. Pero las retransmisiones son muy largas, la tendencia de ahora es hacer las etapas de forma integral desde el principio hasta el final, que yo creo que es algo de locos. Tienes que estar preparado para poder hablar seis horas seguidas.
Como corredor de los años noventa, formas parte de otra época en la que el ciclismo era muy distinto al actual. ¿Qué visión intentas retransmitir de tu época y como la confrontas con la actual?
A mí no me gusta decir aquello de "en mi época todo era mejor" porque es un tipo de comentario que no aporta nada. Pero esta tendencia de mostrar las etapas al completo y al tacticismo es muy peligroso para el ciclismo. Por ejemplo, el Tour de Francia siempre ha sido una carrera que en la que lo interesante empezaba en los últimos cincuenta kilómetros. He corrido el Tour y recuerdo que para poder entrar en la fuga de la mañana primero pasaban dos horas y pico de intentarlo para poder llegar. Ahora tenemos directos integrales, donde lo que pasa es que al primer intento de fuga, dejan que se forme y que cojan unos dos minutos. Y luego pasan horas y horas, mientras lo mira la gente, en las que hay esta lenta procesión en la que el pelotón consigue recuperar esos dos minutos. Todo esto no es bueno ni para el espectáculo ni para el ciclismo.
¿A qué crees que es debido?
No sé si a una falta de coraggio de los directores deportivos. Hay una enorme igualdad entre los equipos; todos tienen la mejor preparación, el mejor material... Esto no significa que el ciclismo sea más fácil, conseguir estar en Tour sigue siendo muy difícil, pero parece que han desaparecido aquellas ocasiones espectaculares que antes se veían en las grandes vueltas. Por ejemplo, el año pasado Tour de Flandes y Paris-Roubaux fueron carreras muy bonitas, pero las grandes vueltas no, y llevan años con esta dinámica. Veremos ahora con la nueva regla de un corredor menos, pero el problema sigue estando ahí. La verdad, no lo sé.
Estos días estás retransmitiendo el Tour de Dubai.
Esta mañana hemos hecho dos horas de retransmisión... Hemos conectado a falta de cuarenta kilómetros cuando había cinco corredores en fuga y no cambió nada hasta los quince finales. También es cierto que en este tipo de recorridos es complicado que ocurra algo excitante... El ciclismo actual está arriesgando mucho desde el punto de vista del interés del espectador, sobre todo en este momento en el que hay un gran interés por parte de los medios de comunicación, de los patrocinadores y las televisiones. Por un lado, es muy bueno porque los patrocinadores saben que durante muchas horas van a ver su nombre en la televisión pero esto puede bajar el interés del público que es lo que sustenta al ciclismo y a los ciclistas. Con todos los escándalos que han habido era muy fácil perder el interés del público...
¿Te refieres al dopaje?
Sí. El ciclismo siempre ha tenido ese seguimiento por parte de la gente que de alguna forma llega a justificar las acciones de los ciclistas porque es un deporte que implica mucho esfuerzo. Creo que se justifica menos el dopaje tecnológico que el dopaje químico. El tecnológico se ve a nivel popular como inaceptable pero el químico, se llega a aceptar de alguna forma. Es justo perseguir al doping y estar en contra pero a la gente con el tiempo se le olvida.
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Este es un discurso muy complicado porque, claro, ¿qué le dices a la familia que pone a su hijo en el ciclismo sabiendo que es un deporte en el que va acabar dopado? Con los grandes escándalos que han habido a finales de los años noventa y los años dos mil, todos los grandes campeones de aquella época han tenido problemas con el doping, no se ha salvado nadie o muy pocos. Cada época tiene sus reglas y con esas reglas, juegas. Siempre es complicado, años después, volver atrás para pasar cuentas y hablar de eso. En aquella época había unas reglas y se jugaba con aquellas reglas; ahora hay otras. Mirar atrás es como hacerse daño a uno mismo. El dopaje siempre ha existido y, a pesar de todo, la gente siempre está cerca del ciclismo, viendo las carreras… Así que tú propones un espectáculo que en el fondo tiene muy poco de espectáculo y lo normal es que el interés de la gente baje mucho. No tengo una razón de porqué es así ahora. Ya no voy en bici y no conozco la situación desde dentro, pero televisivamente hablando, es algo deprimente.
¿Crees que se debe a la llegada del ciclismo anglosajón, con otra manera de correr?
Puede ser… no lo sé. Si miras al Team Sky, que es un poco el emblema, trabajan mucho en el detalle. No necesitan grandes directores deportivos. Con todo el respeto hacia los que están ahí, pero la táctica sólo es una, y la forma de correr es sólo una. Tienen todos los datos, deciden el ritmo que quieren llevar la carrera, y ya está. Tú ves cuando suben un puerto que van a 400 o 450 vatios, tú puedes hacer un esprint durante 30 segundos pero saben que más allá de eso, ya no puedes ir, fisiológicamente es imposible, así que ellos tienen esa capacidad de seguir un ritmo que saben que van a aguantar y ya está. No sé qué se debería hacer para que el ciclismo saliera de esto.
¿Quitar el pinganillo?
Podría ser una solución. Pero también les tendrías que quitar el Garmin. Yo fui de los primeros corredores en utilizar los ordenadores a bordo. Pero en el momento que tú entrenas memorizas tu cadencia y sabes cómo vas, no es necesario tener siempre la referencia de los vatios. Quizá para los corredores que ya han crecido con esta tecnología si se lo quitas después los desestabilizas pero los mayores ya saben cómo están en cada momento.
¿Te habías imaginado que el ciclismo llegara a ser algo tan global, con carreras por todo el mundo?
No, nunca me había imaginado este nivel de expansión. Pero también es verdad que esto es parte de una política de la UCI que lleva años intentando hacer. Que el ciclismo se expanda seguramente es algo bueno para los intereses del sector ya que ha permitido conocer realidades ciclistas más allá de las tradicionales, las europeas. Pero igualmente el ciclismo luego se basa siempre en las carreras de Europa. Ahora hay muchos problemas de calendario que ponen en dificultades a los equipos e incluso algunas carreras han tenido que cambiar de fechas, como lo tuvo que hacer La Vuelta, que se ha convertido en una especie de preparación para el Mundial.