¡Salid a pedalear!

A veces, cuando pensamos en viajar nos imaginamos a nosotros mismos al otro lado del mundo, en un entorno nuevo, quizás exótico, lejos de nuestra cotidianidad. La proliferación de viajes low cost y las facilidades para movernos por el planeta han hecho que expandamos nuestra concepción de lo que hasta ahora considerábamos un viaje. Cualquier agencia online nos permite organizar una aventura en pocos minutos y en destinos que hace un par de décadas parecían inalcanzables. Y, ¿quién se resiste a viajar por unos pocos euros?

La pandemia del Covid-19 que está agitando el mundo este año 2020 ha puesto patas arriba todo ese imaginario viajero y ha trastocado la movilidad planetaria. Nos ha hecho replantearnos si realmente este modelo de desarrollo económico es el que necesitamos. La posibilidad de contraer el virus —y las consecuentes restricciones y limitaciones a la movilidad impuestas por los diferentes gobiernos a consecuencia de ello— han hecho que cambiemos la manera en la que miramos el mundo y nos relacionamos con nuestro entorno. Y, en este contexto, la bicicleta —¿quién nos lo iba a decir?— se ha erigido como un vehículo de transporte seguro y saludable. Además, no contamina, lo que contribuye a paliar la otra gran pandemia en la que vivimos sumergidos desde hace décadas: la del cambio climático.

Así, impelidos por estos tiempos tan extraños que nos ha tocado vivir, y con el calendario ciclista parado durante meses hasta ahora, desde VOLATA hemos creído que era un buen momento para reconectar con lo que significa el ciclismo para nosotros: un estilo de vida, una forma de vivir y una manera de aprender y disfrutar cada día del viaje. También ha sido una manera de dejar de ser tímidos y alzar la voz para contribuir al fomento del uso la bicicleta, en tanto que vehículo de uso cotidiano. Es por eso que en nuestro nuevo número, VOLATA#23, nos hemos adentrado en el ciclismo de ultradistancia, que en los últimos diez años ha tomado una dimensión enorme y global, con miles de nuevos practicantes en todo el mundo, con un circuito de eventos que crece año tras año y con cada vez más marcas y empresas asociadas.

La mayoría de pruebas proponen recorrer largas distancias —como los 4.000km de la Transcontinental Race— en una sola etapa y en modalidad de contrarreloj individual. Algunos de esos ciclistas, verdaderos ultrafondistas, luchan por la victoria, pero a la mayoría les mueve sólo la pasión de superar un reto y se lo toman como otra manera de viajar, como una excusa para dejarlo todo apartado durante unos días y centrarse en una única misión: la supervivencia personal.

Este tipo de ciclismo también ha supuesto una revolución para el mundo del bikepacking que ha dejado atrás la fase “ciclismo de alforjas” para entrar en un terreno mucho más funcional, imprevisible y, por qué no decirlo, más cool. Equipar la bici de gravel o la mountain bike con bolsas integradas en el cuadro ha empezado a formar parte de la vida de muchos ciclistas, que se han animado a vivir pequeñas aventuras saliendo de casa con lo básico e imprescindible.

Pedaleando se puede dar la vuelta al mundo, y también se puede llegar a lugares inimaginables, muchos de ellos, muy cerca de nuestras casas. ¿Qué tal si los descubrimos? Sin duda, la crisis del Covid-19 nos ha vuelto a recordar que la bicicleta es la mejor herramienta para ver con nuevos ojos nuestro entorno más cercano. Además nos permite ser más autónomos y cuidar del medio ambiente. Así que, tanto si somos nuevos en esto del bikepacking, como si nos hemos comprado una nueva bici de gravel o hemos desempolvado la bici del garaje para ir al trabajo, lo mejor que podemos hacer es salir a pedalear cada día. Siempre.

Fotografía: Eliseu T. Climent / Cat700 MTB Brevet

*Artículo originalmente publicado en VOLATA#23, nuevo número ya a la venta.