Desde su nacimiento hace catorce años, la Strade Bianche se ha caracterizado por ser una de las carreras más estéticas del calendario professional. La combinación del paisaje de la Toscana y las nubes de polvo al paso de los ciclistas por los sterrato blancos han dado grandes instantáneas, más allá de la competición y los resultados deportivos. El coronavirus ha querido que este 2020, la carrera se haya celebrado el 1 de agosto, con las colinas secas y bajo temperaturas cercanas a los 40 grados. Un paisaje inédito que marcó el inicio del calendario de la primera división del ciclismo de carretera en el que el belga Wout van Aert (Jumbo-Visma) se adjudicó la prueba masculina y la holandesa Annemiek van Vleuten (Mitchelton-Scott), actual campeona del mundo, la femenina.
El fotógrafo Paolo Penni Martelli estuvo a pie de cuneta para documentarlo con esta galería de fotos para VOLATA.
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