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De la industria Águeda, la Volta, Marcos Chagas, efemérides y la Vuelta

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Juanfran de la Cruz | 24 Jul 2024

De la industria Águeda, la Volta, Marcos Chagas, efemérides y la Vuelta

De la industria Águeda, la Volta, Marcos Chagas, efemérides y la Vuelta

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Águeda queda cerca de Aveiro, a menos de 30 kilómetros, e históricamente ha encontrado acomodo dentro de su alfoz buena parte de la industria portuguesa ligada a la bicicleta. Con sus altos, también con sus bajos, el sector vive un reverdecimiento desde hace unos lustros hasta niveles impensables tres décadas atrás. Águeda, en términos ciclistas, se ha convertido en un ejemplo de reindustrialización de tal enjundia que Portugal, gracias a la capacidad fabril del municipio, con unas 8.000 personas empleadas directa o indirectamente, es el primer productor de bicis a nivel europeo. Y eso, por sí mismo, es mucho decir. De los 14,7 millones de bicis producidos en Europa en 2023, de acuerdo con el último Eurostat, Portugal fabricó 2,7 millones de unidades.

Águeda es una capital de la bicicleta, sin duda. Y en Águeda, con un prólogo contrarreloj de 5,6 kilómetros, echará a rodar este miércoles una nueva edición de la Volta a Portugal. Especial, como todas para la afición lusitana. Especial, con sus pasos por la Serra de Estrela y el Monte Farinha, más conocido éste por el Santuário da Senhora da Graça que lo corona. Especial porque en este 2024 se conmemoran 50 años de la Revolución de los Claveles con la que regresó la democracia plena al país. La Grandísima, otrora con hasta tres semanas, maltratada y denostaba por sucesivos máximos gobiernos ciclistas tanto en su concepción como prueba como en su dimensión dentro de la idealización del calendario internacional, acoge a un pelotón de 119 corredores procedentes de veintidós países, con Portugal (43) España (35), Estados Unidos (9), República Checa y Colombia (4) al frente.

Por la caravana, que no en el pelotón, andará Marco Chagas, el ciclista portugués que posee más victorias en la general de la carrera. Cuatro triunfos durante la década de los años 80, con otros éxitos diversos dentro de las fronteras lusitanas, que no tuvieron continuidad fuera del país. Entre otras pruebas, Chagas también tomó parte en una edición de la Vuelta, en 1987, pero no pudo terminarla, retirándose lesionado camino del final en la estación andorrana de Grau Roig que en un futuro se integraría en lo que hoy es conocido como Granvalira.

Chagas, estrella lusa, con sus cuatro triunfos en la Volta en su zurrón ya para entonces, no termino de explotar fuera de su país. En lo que a la Vuelta se refiere la prensa española tenía a veces un punto cruel con aquellas participaciones lusitanas, minusvalorando al pelotón del país vecino y dando por hecho el papel de relleno de sus estructuras. Pero toda una generación de corredores portugueses comenzó a labrar su nombre en el imaginario colectivo de la afición. Chagas compartió entonces equipo con un joven Joaquim Gomes, también futuro ganador de la Volta y hoy en día director de la carrera. Chagas también compartió estructura con Jacinto Paulinho, padre de un Sergio Paulinho que por méritos y reincidencias es uno de los grandes nombres portugueses en el vínculo entre su país y la Vuelta de toda la historia.

La Volta echa a rodar y en menos de un menos lo hará una Vuelta que este 2024 partirá desde Lisboa. Un segundo arranque desde Portugal en su historia que, casualmente, también llegará medio siglo después de que un ciclista portugués acariciase el triunfo final en una de las ‘tres grandes’: Joaquim Agostinho se quedó a apenas once segundos de José Manuel Fuente en la edición de 1974. João Almeida reaviva ahora optimismos como nadie: con su reciente cuarta plaza en el Tour de Francia se ha convertido en el primer portugués que acaba “as três Grandes Voltas” entre los cinco primeros de su general.

 

Volta, Vuelta; dos carreras, dos países que, en términos ciclistas, presentan muchas más relaciones de las que las apariencias pudieran explicar. No ya a un mero nivel de corredores o de las pruebas que han visitado el otro lado de ‘a raia’ en algún momento, incluso también a niveles organizativos. No están tan lejanos los días en los que la Volta a Portugal y la Vuelta a España fueron pruebas hermanas, parte del mismo grupo empresarial. Y todo por la empresa Produção de Actividades Desportivas (PAD), una firma que durante el año 2000 se acaba encargando de la organización de la mayoría de las grandes pruebas del calendario portugués. Y entre ellas, al frente por historia y tradición, la Volta a Portugal.

La de 2001 es la primera edición de la Grandísima organizada por esta empresa, vinculada accionarialmente a Unipublic, la organizadora de la ronda española. Desde ese prisma, las ediciones de 2001 y de 2002 tanto de la Volta a Portugal como de otras muchas grandes pruebas del calendario deportivo del país vecino conforman un todo lleno de conexiones. Produção de Actividades Desportivas se constituye a finales de siglo y su espíritu fundacional es “iberista” en tanto que aglutina un equipo de trabajo de ambos países.

Y tanto de estas como de otras muchas circunstancias del ciclismo portugués en la Vuelta a lo largo de la historia se abordará en el próximo número de Volata. Un número ‘feito com muita paixao’.