Centrum RVV, más allá de las paredes de un museo

Desde la invención de la bicicleta, el hombre vio en este invento de dos ruedas una gran excusa para conseguir retos de todo tipo. De esa voluntad de buscar los límites a una nueva disciplina, en 1891 nacieron la Burdeos-París, de 570 kilómetros, y la París-Brest-París, de 1.200 km, que pusieron las bases de lo que hoy entendemos como el ciclismo de competición: un reto deportivo basado en el kilometraje y la resistencia física. Posteriormente, apareció la París-Roubaix en 1986 y el Tour de Francia en 1903, promovido por el periódico francés L'Auto, como primera competición por etapas que creó una nueva masa de aficionados que, a través de las páginas del rotativo, seguían con interés las aventuras de los corredores.

Recogiendo esa incipiente cultura ciclista, el periódico belga Sportwereld apostó también por su propia prueba deportiva. Así, en 1913 su director Karel Van Wijnendaele creó el Tour de Flandes —Ronde Van Vlaanderen, en flamenco— con la intención de contribuir a ese nuevo fervor popular. Saldria y llegaría a Gante y tendría 324km y trazaría un recorrido que uniría todas las zonas de habla flamenca pasando por las principales ciudades. Pero aquella primera edición todavía no contenía las colinas por las que hoy en día es conocida la carrera. No sería hasta el 1919, tras el parón a causa de la Primera Guerra Mundial, que incluiría los primeros muros que a partir de entonces representarían a la competición.

Precisamente ese carácter cultural y de connexión con el territorio es uno de los aspectos que el Centrum Ronde Van Vlaanderen, dedicado íntegramente a la interpretación del Tour de Flandes, intenta difundir y explicar a través de la exposición permanente que ocupa la mayor parte de este museo urbano. Situado en Oudenaarde, es un espacio pensado tanto para los fans de esta carrera como para los que quieran conocer más a fondo la esencia de la cultura ciclista belga. Y también es una forma de revivir lo que significa ese recorrido emblemático durante todos los días del año y, además, ponerlo en práctica.

El Centrum RVV permite viajar a través de la historia de esta carrera centenaria y gozar de mucha y variada memorabilia ciclista, como el coche de carrera Flandria, una de las joyas de la exposición y todos los maillots firmados por corredores que la han ganado —desde Eddy Meckx hasta Peter Sagan, Philippe Gilbert o Marianne Vos—. También hay un espacio para exposiciones temporales que permiten indagar de una forma más intensiva en algunos de los aspectos de la competición, como la historia de alguno de los tramos o "muurs" como el Koppenberg, o la importancia que tuvo en ciclismo para la recuperación social y territorial en Bélgica después de la Primera Guerra Mundial. 

El museo cuenta también con un bar de temática ciclista, el Pelotón Café —platos básicos, buenos y con raciones generosas— y la opción de alquiler de bicis de carretera para iniciar rutas ciclistas desde allí. Así mismo es un punto de información muy útil para conseguir mapas y otros materiales para los que quieran usarlo como punto de salida o llegada de rutas bicicleta. Desde Oudenaarde se pueden iniciar salidas que tanto pueden adentrarse en la zona interior de Bélgica —Gante está a 35km y Ronse, a 12km— como en Flandes Occidental para intentar oler el mar y rodear la costa —De Panne está a 105km y Brujas, a 58km—. 

Además, Oudenaarde es también un punto de paso importante tanto para el propio Tour de Flandes como las marchas cicloturistas relacionadas, tales como la Vlaanderens Mooiste, que se celebra a primeros de septiembre.

Información práctica

Centrum Ronde Van Vlaanderen
Markt 43, Oudenaarde
Flandes, Bélgica

Existen muchas y variadas maneras de disfrutar de Flandes Oriental y Flandes Occidental con la bicicleta como centro. A parte del museo del Tour de Flandes, Bike Experience Tours propone experiencias ciclistas por la zona de Brujas que pueden ser un magnífico complemento. Para más información, podéis consultar Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas.