Henry Desgrange fue el primero en llevarlo -en el año 1919-, Eddy Merckx el que más veces lo ha vestido –en 96 ocasiones-, Jean Robic y Jean Jansen ganaron el Tour sin lucirlo en ninguna etapa -1947 y 1968- y Ottavio Bottecchia, Nicolas Frantz y Romain Maes lo llevaron del primer al último día -1924, 1928, 1935-. E incluso hay una larga lista de 67 corredores que han vestido el maillot amarillo, el mágico maillot jaune, en sólo una ocasión. Pero la versión más singular de entre todos los portadores del maillot de líder del Tour es la que protagonizó el canadiense Alex Stieda.
5 de julio de 1986. Después del prólogo del día anterior, el Tour ha diseñado una primera etapa con doble sector. Por la mañana, 85 kilómetros entre Nanterre y Sceaux; más tarde, la crono por equipos. Es en el sector matinal cuando salta la sorpresa. El primer ataque serio de la jornada lo lanza Eric Stieda, ciclista canadiense del equipo 7-Eleven. Poco a poco va cogiendo ventaja hasta que, kilómetros más tarde, cinco hombres deciden probarlo, entre ellos el peligroso Phil Anderson. La ventaja de Stieda –junto con las bonificaciones- le da ya suficiente margen cómo para convertirse en el nuevo líder provisional de la carrera. La moto con la pizarra le informa, el coche de equipo le anima y le da instrucciones. Los cinco perseguidores se acercan y Stieda se deja coger, sabe que resultará beneficioso para sus intereses. En el momento del enlace, el australiano Anderson le da un golpecito cariñoso al canadiense, signo de amistad y reconocimiento por el esfuerzo, por la primera fuga del Tour del 86. Ahora toca trabajar para mantener la distancia y luchar por la victoria de etapa ya que el pelotón viene lanzado por detrás. Al final, en Sceaux, pocos kilómetros al sur de París, los fugados llegan fragmentados, con victoria de etapa para el belga Pol Verschuere y con un Stieda exhausto que le arrebata el maillot jaune a Thierry Marie. Stieda acaba de hacer historia. Es el primer norteamericano en vestir el maillot de líder del Tour. Pero eso no será todo…
La crono de la tarde es larga, con 56 kilómetros, y la gana el equipo Système U que aventaja en 38 segundos al Carrera y en más de un minuto al Panasonic, al Kas y La Vie Claire. El diez dirigido por Cyrille Guimard lo componen Laurent Fignon, Laurent Biondi, Alain Bondue, Eric Boyer, Dominique Gaigne, Bernard Gavillet, Christophe Lavainne, Yvon Madiot, Thierry Marie y Charly Mottet. El 7-Eleven de Alex Stieda llega muy lejos, el penúltimo, después de una crono desastrosa con cuatro pinchazos y una caída que afecta, justamente, a Stieda. El maillot amarillo llega en solitario a la meta con la certeza que entre el cielo y el infierno hay el tiempo que divide los dos sectores de una jornada del Tour. El nuevo cambio de líder en la clasificación general devuelve el amarillo a Thierry Marie y Stieda pasa así a la historia cómo uno de los maillots jaunes más efímeros de la Grande Boucle. Falta el contexto. Aquel momento fue sólo el primero de un Tour histórico para el ciclismo norteamericano: primera participación de un equipo yanqui con el 7-Eleven, primer norteamericano en vestirse de amarillo con Stieda, victoria de etapa para las barras y estrellas con la primera de Davis Phinney y primer ciclista del país en ganar el Tour con Greg LeMond.
De alguna forma, Stieda y el 7-Eleven abrieron la veda y eso da para una VOLATA entera, ¿será así?. El Tour de 1986, el del duelo Hinault-LeMond, el de la batalla cainista en La Vie Claire, fue también el que abrió las puertas del ciclismo a una nueva era y eso no es poco. Una forma universal de recordar que el maillot amarillo –las iniciales “HD” que hay en la parte delantera se refieren a Henry Desgrange- cumple cien años en esta edición.