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El autorelato del pistolero

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Albert Rabadan | 03 Sep 2014

El autorelato del pistolero

El autorelato del pistolero

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A diez días de la salida de la Vuelta a España, cuando nadie contaba con él, saltó la sorpresa: Alberto Contador anunciaba a través de un vídeo de YouTube que estaría en la salida de Jerez de la Frontera a pesar de haber sufrido justo un mes antes la caída que le había hecho abandonar el Tour de Francia con una fractura en la base de la tibia. "Ayer fue el primer día que pude subir un puerto sin dolor en la rodilla. Sé que es una Vuelta a España que tendré que plantearme diferente a como planteé el Tour. Quizá en la última semana pueda plantearme alguna victoria de etapa", decía entonces.

Entonces ya muchos pusieron las palabras del madrileño en cuarentena, conocedores de precedentes como la famosa victoria en el Giro de Italia de 2008 "viniendo de la playa", y en diez días de competición ha habido tiempo suficiente para darle la razón. A pesar que empezó intentando sembrar más dudas (recordando que había estado toda la crono incial sufriendo "a 200 pulsaciones", por ejemplo), en la jornada de descanso Contador ya afirmaba que venía "a intentar ganar la Vuelta", y en la crontrarreloj de Borja ya se vistió con el maillot rojo de líder. Una historia muy jugosa de superación que ya le ha valido, por ahora, una portada entera en el diario Marca.

 

Lo cierto es que los hechos demuestran que Contador es un ciclista muy consciente de la exposición mediática de los deportistas y tiene especial habilidad en crear su propio relato, en el que intenta añadir siempre a sus resultados un elemento de gesta, de redención. Él mismo construía titulares con declaraciones como esta: "si consigo ganar la Vuelta, sería increíble tras mi caída en el Tour". Lo que en principio debería ser una opinión subjetiva ("sería increíble"), el mismo Contador lo lanzaba, la prensa lo transmite, y eso cala en el imaginario colectivo.

También caló el apodo, "El pistolero", que él mismo hizo consolidar vendiendo merchandising relacionado cuando entre el aficionado todavía no estaba muy instaurado. Una maniobra más de un Contador que sabe escribir su propia historia.