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Joan Carrillo, disfrutando de cada pedalada en la Transcontinental Race No6

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Olga Àbalos | 02 Aug 2018

Joan Carrillo, disfrutando de cada pedalada en la Transcontinental Race No6

Joan Carrillo, disfrutando de cada pedalada en la Transcontinental Race No6

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"Esta mañana pensaba en abandonar. Tengo mucho dolor en el culo". Joan Carrillo mandaba un WhatsApp al grupo del Team VOLATA  pasadas las ocho  de la tarde. Se encontraba en medio de los Dolomitas, camino al segundo punto de paso de la Transcontinental Race 2018. A los pocos segundos llega un segundo mensaje: "Pero me he dicho a mí mismo que si he de morir será con las botas puestas. De momento, aguanto". En ese momento había recorrido poco más de 1.000km en los cuatro días que llevaba encima de la bicicleta. Por delante aún le quedan 3000 km más hasta llegar a la línea de meta en Meteora, Grecia.

Es la segunda vez que el corredor de Reus, especialista en largas distancias y en brevets, participa en la que es una de las carreras de autosuficiencia más importante del mundo. Después de una primera experiencia en la que las cosas no salieron del todo bien —tardó 14 días en completar el recorrido, lejos de sus expectativas—quería reconciliarse con la competición y seguir disfrutando del ultraciclismo. Y continuar haciéndolo a pesar de una dolencia en el perineo que se ha convertido en una compañera inseparable de sus viajes. "El año pasado hice una ruta por España para prepararme para la Transcontinental en la que completé 3000 kilómetros en diez días. Terminé con unos quistes en la zona de apoyo del sillín muy molestos. Luego hice la Chilkoot Born to Ride en Francia y la Cat700 BTM brevet, donde tuve que hacer los últimos 100 km de pie sobre la bici. Aun así, la gané. Luego pasé por cirugía justo tres semanas antes de la Transcontinental del 2017".

Carrillo cuenta así como llegó a su vida la induración nodular perineal del ciclista, que aparece debido a la presión continuada en la zona, y que ha modificado la forma en la que afronta los retos. "Es una enfermedad nueva que casi nadie sabe como tratar. Es muy doloroso —comenta el ciclista—. Pero en los últimos meses he ido a mucho médicos y en la Transcontinental de este año voy bien surtido de pomadas y remedios que pueden mitigar el dolor y las posibles infecciones. Y eso hace que pueda aguantar bastante bien. He cambiado el sillín también, me he puesto un duopower".

 


Y prosigue: "La reflexión que he hecho estos días previos es que no debo pensar tanto en el resultado final. Como decía Mike Hall, 'this is not a Tour'. Pero aun así quiero sacar lo mejor de mí más que conseguir la mejor posición. Para ello he pensado en una estrategia más inteligente, ir de menos a más, disfrutando cada momento a la vez que competiendo, escuchar más a mi cuerpo, ver cuales son las necesidades. No dar el máximo desde el minuto cero sino hacer lo que me mejor se me da: pedalear tanto como pueda pero dentro de mis posibilidades, guardando la mitad del esfuerzo de cara a los últimos días. Algo que no hice el año pasado. Y luego, ¡a esperar que la suerte me acompañe!".

Carrillo ha elegido ir lo más ligero posible, con la ropa indispensable para sortear inclemencias meteorológicas, con un saco de dormir (sin funda de vivac) y con la colchoneta inflable mínima K-lite.

 

La preparación mental es fundamental en este tipo de carreras en las que el cuerpo llega al límite de sus posibilidades. En la Transcontinental, los participantes deben superar un recorrido de 4.000km desde Bélgica a Grecia en el que cada uno elige la ruta a su criterio con la obligación de pasar por 5 check points y por unas determinadas zonas marcadas. La bicicleta, el material, las horas de sueño y de comida dependerán de la experiencia, las necesidades y el instinto de cara corredor. Para poder tener un mayor control y responder a posibles accidentes e imprevistos, un sistema de seguimiento monitoriza los movimientos de cada corredor, que este año han llegado a los 232, de la competición individual, y 26, en la categoría de parejas. En total, 258 hombres y mujeres que pretenden cruzar Europa sin asistencia externa.

 

"Mi idea es descansar cada día 3 o 4 horitas e ir haciendo cabezaditas, ver hasta donde llego sin necesitar dormir más o necesitar ir a un hotel", explica Carrillo justo antes de la salida en Bélgica. "Cuanto más cerca esté mi esencia como corredor, más lo disfrutaré y sacaré mejor resultados. Así, cuando vienen los problemas, es más fácil solucionarlos si tienes la cabeza en su lugar." El ciclista catalán, a pesar de las molestias en la parte baja de los glúteos, continua en carrera. Y nos consta que con el ánimo inquebrantable.

Podéis seguir la evolución de Joan Carrillo, con el dorsal 145, a través de la web oficial de la Transcontinental Race No6

#TeamVOLATA

#TCRNo6cap145

* El team VOLATA está apoyado por Tactic, Essax y Oakley. Más información en: volatamag.cc/team_volata/