El Tour de 1988 a algunos les pilló muy jóvenes pero les valió para madurar. Fue como una carrera universitaria en edad adolescente. Y con matrícula de honor. “Te puedes imaginar, yo con veintitrés añitos al lado del que era el favorito para ganar aquel Tour”. Hermínio Díaz-Zabala disputaba su primera gran vuelta, su primera experiencia de tres semanas. Junto con Javier Lukin y Miguel Indurain eran los más jóvenes de aquel equipo. “Cuando empecé en el ciclismo, Bernard Hinault era el gran campeón, una referencia para mí”, cuenta Indurain, “luego fui creciendo y progresando y llegué a las filas del Reynolds. Veía como Delgado trabajaba, como luchaba por el Tour... Siempre te motiva ver a alguien así y ser parte de un equipo que gana un Tour. Yo lo veía lejos pero, mira, progresando, progresando, al final... cinco Tours”. La leyenda de sus cinco Tours empezó en aquel Reynolds y en VOLATA hemos reunido a todos los miembros del equipo.
Aunque la perspectiva la ponen los más veteranos, sobre todo Ángel Arroyo que ve en aquel equipo la semilla de lo que ha acabado siendo una de las estructuras más importantes del pelotón profesional: “Aquel Reynolds era como una familia pero ya se apuntaba maneras de equipo grande. Y a mí me parece bien, eh. Creo que en su lugar no hubiese tenido el carácter que tuvo Perico, porque en algún momento nos leyó la cartilla con un 'aquí venimos a ganar', y eso nos vino bien”. Uno de los íntimos de Perico, Jesús Rodríguez Magro, recuerda que “todos los del equipo sufrimos muchísimo, tanto en la carretera como fuera de ella, pero valió la pena. Pedro anduvo genial, siempre delante, sin un día malo”. Otros, como Julián Gorospe nos cuentan como afectó aquel Tour a un país con pocos títulos hasta entonces, “sí que cambió al ciclismo español, porque después de Ocaña ningún español había conseguido ganar una carrera tan importante. Aquello fue un paso trascendental. Después ya vino Indurain y nos acostumbramos pero, para mí, el primer Tour, el de Perico, fue diferente, fue un Tour especial”.
En nuestro viaje por el tiempo a través de los cromos del Reynolds también salen anécdotas cómo la del colombiano Omar Hernandez: “Recuerdo que Fabio Parra ganó una etapa y por entonces Pedro Delgado todavía no estaba de líder. Al día siguiente yo tuve que perseguir a Fabio para recortar tiempo y, al finalizar la etapa, vino a verme para hablar”. O el recuerdo imborrable e infinito de Javier Lukin, “al final, lo que recuerdas es la llegada a París. Yo estaba en una nube; dimos la vuelta a los Campos Elíseos y aquello fue... ¡Eso se queda grabado aunque vivas doscientos años!”. Así visto en perspectiva, treinta años después, parece más fácil de lo que fue pero… Todos coinciden en algo, “a cuatro o cinco días para el final nos tocó vivir una situación muy convulsa [se refieren al incidente del Probenecid] y eso nos marcó. Con el tiempo, el hecho de saber que eres capaz de superar aquello que es tan complicado te da mucha confianza y seguridad. De ahí salimos muy reforzados”. Todos sabemos cómo acabó la historia pero si queréis saber más de los recuerdos de aquel equipo, tenéis sus cromos en el número 15 de VOLATA.