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Il Passo Gavia, obbligo di catene

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Texto: David Rovira/Fotografía: Ricard Calmet | 25 Jul 2019

Il Passo Gavia, obbligo di catene

Il Passo Gavia, obbligo di catene

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6 de junio de 1988. Gazzetta dello Sport: “El día que los hombres lloraron”. La jornada anterior se había disputado la etapa del Passo Gavia, que en pocas horas ya se había convertido en historia del ciclismo. Ascender este coloso alpino no es fácil, pero, si las condiciones meteorológicas son adversas, la bajada es aún peor. Cuando el ciclista tiene que dar pedales en condiciones de nieve, lluvia y frío, sólo desea que no acabe la subida para no tener que enfrentarte a lo que está por venir. Esta es la crónica de un día de frío y nieve cerca de Aprica.

En el Giro d’Italia de 1988, Andrew Hampsten tenía veintiséis años. El ciclista, originario de Dakota del Norte, uno de los estados más fríos de los Estados Unidos, estaba más que curtido en este tipo de rigores. Es más, tanto él como el resto del equipo 7-Eleven Hoonved, dirigidos por entonces por Jim Ochowicz y Mike Neel, se habían preparado a conciencia para lo que todas las previsiones meteorológicas auguraban. Pocas horas antes de la etapa del Gavia, la decimonovena, los responsables del equipo compraron unos guantes de esquí en una tienda de deportes, pero, aun así, en el día en que los hombres lloraron, el de Dakota del Norte no vestía perneras ni botines.

Hampsten iba enfundado en la maglia azzurra de lana de mejor escalador del Giro y unos vistosos manguitos de color rojo. Su indumentaria no era una cuestión menor en esas condiciones. Llevaba unas zapatillas Lake —ya con pedales automáticos—, gafas Oakley Eyeshades y un cuentakilómetros Avocet en su bicicleta Huffy, una marca de Ohio muy poco conocida. Como parte de la estrategia, llevaba el cuerpo untado de lanolina, una sustancia grasienta de origen animal y similar a la vaselina que usan los nadadores de aguas abiertas para protegerse del frío. Además, en la cima del Passo Gavia los auxiliares del 7-Eleven esperaban a sus corredores con un bidón de té caliente y algo de ropa.

 Aquel día, Hampsten se puso de líder del Giro, el paso previo a entrar en la historia. Pocos días después se convertiría en el primer americano en conquistar la corsa rosa.

Más de treinta años después, y aprovechando la jornada de descanso del Giro 2019, salimos de la villa de Aprica para subir el Gavia si es que era posible. La jornada no pinta nada bien, se anunciaban tormentas y posibilidad de nieve en cotas altas. Sólo salir de Ponte di Legno ya nos encontramos un panel informativo muy explícito: "PASSO GAVIA CHIUSO". Gran parte del puerto es practicable pero no sabemos hasta dónde; una pintada en el asfalto resulta del todo premonitoria: "Comincia l’aventura". En el kilómetro cinco una barrera impide el paso de vehículos pero se puede seguir en bicicleta y ya vemos a decenas de ciclistas subiendo y bajando. En esta zona, Santa Apollonia, hay un tramo de diez tornanti en los que se gana mucho desnivel, son los porcentajes más altos de la subida, seis kilómetros con desniveles máximos que bailan entre el 11% y el 16%. Es un pasaje que discurre en medio de un estético y místico bosque de abetos, testigos inmóviles del paso de miles de ciclistas cada año.

A casi a dos mil metros de altura, la vegetación va desapareciendo progresivamente. Nos encontramos ante un paisaje de alta montaña. A partir de aquí es cuando el Passo Gavia va mostrando su cara más salvaje y majestuosa: picos de más de 3.600 metros, la nieve cada vez más cerca y restos de aludes en las laderas. Al llegar al kilómetro dieciocho, a 2.385 metros de altura, pasamos un túnel de quinientos metros sin alumbrar y con placas de nieve y hielo en el maltrecho asfalto. Avanzamos con precaución obligada, y al salir afrontamos la zona de neveros en que las pendientes montañosas que la carretera va cortando han sido turbinadas. Es aquí donde se inmortalizó a Hampsten en 1988.

Esta es la crónica gráfica de lo que vivimos en el Gavia y la recreación de aquella etapa mítica.

Información práctica: 

www.sondrioevalmalenco.it

www.turismobrescia.it

www.in-lombardia.it

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Podéis encontrar la versión completa de este artículo en VOLATA#19

Con la colaboración de GOBIKENIT - Turismo de Italia y Pinarello.