Tras la difícil etapa del pavés es momento de recomponerse y para ello nada mejor que una jornada aparentemente fácil... si las caídas no la fastidian. Opción clara para los sprinters puros en un parcial típico de primera semana de Tour.
Apuesta conservadora: Mark Cavendish
Apuesta arriesgada: Bryan Coquard
De Arras a Amiens hay apenas unos sesenta kilómetros por el camino más corto. Esta quinta etapa, sin embargo, dibuja unos rodeos aparentemente caprichosos que tienen una explicación: rendir homenaje a unas comarcas duramente golpeadas durante la Primera Guerra Mundial. De hecho, la etapa sobre el plano parece uno de esos juegos infantiles de unir puntos numerados en el que cada uno de ellos es un monumento conmemorativo de la Grande Guerre. El Mémorial national sud-africain du Bois Delville, por ejemplo, a media etapa, conmemora el compromiso de las tropas sudafricanas durante el conflicto armado. Aquí, más de tres mil hombres sufrieron en julio de 1916 el fuego inclemente de la artillería enemiga. Más de un millar no sobrevivieron. Lo que se vivió allí fue tan espantoso que el Bois Delville pasó a ser recordado como Devil Wood (Bosque del Diablo). Sería un detalle bonito que algún corredor del MTN-Qhubeka, equipo con licencia sudafricana, pasara escapado por este punto. Puestos a pedir, que sea Jacques Janse van Rensburg, campeón nacional que luce la bandera multicolor en su maillot.
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Mañana: sexta etapa entre Abbeville y Le Havre, de 191,5 km