Otra etapa eminentemente llana, esta vez con menos riesgo de viento, al circular lejos de la costa. El Tour llega a Bretaña por carreteras onduladas que no deberían impedir una resolución al sprint, aunque como se está viendo este año, es muy difícil que el pelotón llegue entero al final del día.
Apuesta conservadora: Alexander Kristoff
Apuesta arriesgada: Arnaud Démare
Desde el fondo del pasillo de mis 10 años, dos topónimos franceses aparecen siempre cogidos de la mano: Argentan y Alençon. Es oír o leer uno de ellos y raudo y veloz acude el otro. La prueba es que me ha vuelto a suceder al repasar el itinerario de esta séptima etapa y con ello ha asomado el recuerdo de la primera contrarreloj ganada por Indurain en el Tour. El 14 de julio de 1991 Miguelón recorrió los 73 km entre Argentan y Alençon más rápido que nadie. Aún no le sirvió para vestirse de amarillo, eso vendría unos días después en Val Louron, pero partiendo de Argentan el navarro puso la primera piedra de su primer Tour. En esta villa todavía normanda está hoy situado el sprint intermedio y la carrera transcurre hacia el sureste a través de un paisaje ligeramente ondulado, poco poblado, de transición entre la llanura y el macizo Armoricano que configura la espina dorsal de Bretaña.
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Mañana: octava etapa entre Rennes i Mûr-de-Bretagne, de 181,5 km