El ciclocross en Bélgica y Holanda es casi una religión y, de hecho, esta disciplina es una de las cosas más divertidas que puedes hacer sobre una bici.
Cada domingo de octubre a diciembre, se celebra la Amsterdamse Cross Competitie en un enclave diferente, pero nunca muy lejos de la ciudad. El día que hay carrera todo el mundo es bienvenido a tomar un café en el taller de Lester. Allí, entre herramientas, cuadros a medio construir y caras de sueño y de resaca del sábado, se parte hasta el lugar de la competición, y tras 30-40 minutos de barro, caídas y algo de sabor a sangre, luego se vuelve a volver a Ámsterdam para reponer fuerzas.
No hace falta que seas el más rápido, el más fuerte o el más habilidoso. Olvídate de los vátios y de tomarte a ti mismo demasiado en serio: solo necesitas ganas de embarrarte de la cabeza a los pies y de pasártelo muy muy bien.
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