Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso.

Y Omar se fue - Oakley Cycling Tour

SUSCRÍBETE

VOLATA | 04 Jul 2018

Y Omar se fue - Oakley Cycling Tour

Y Omar se fue - Oakley Cycling Tour

Compartir

Acto I

"Omar, ¡que se te escapa el Tour!", grita alguien entre risas cuando el ciclista Omar Fraile sale en el sentido equivocado, tiene que frenar de golpe y está a punto de caerse. El vizcaíno del Astana, a pesar de todo, estará este sábado en Noirmoutier, en la línea de salida del Tour de Francia.


Acto II

No hay partido amistoso que valga. Esta afirmación se ajustaría bastante a salir a rodar un rato con profesionales del ciclismo o cualquier otro deporte. Que somos amigos, el último paga el café. Que salimos a pasear, tampoco era para tanto. Que estamos en un acto promocional, luego hablamos. En VOLATA participamos de la última experiencia de Oakley en Barcelona, el Oakley Cycling Tour Spain, una jornada de convivencia de un par de días que forma parte de una campaña global itinerante conformada por presentaciones de nuevos productos, charlas con los deportistas estrella de la marca y salida en bicicleta incluida. Lo de los anuncios convencionales ha quedado anticuado y ahora las marcas se promocionan a través de experiencias, encuentros con influencers y embajadores. Si estos son Marc Márquez, Omar Fraile, Carlos Coloma,Claudia Galicia, Alberto Losada, Ibon Zugasti y Santi Millán, ¿qué puede salir mal?

Cómo el gato y el ratón, cada uno juega su papel. Y lo hace bien, pero compitiendo. Santi Millán es el encargado de romper el hielo y crear buen rollo. El que pregunta primero, el que se salta los guiones, el que incomoda, el que hace reír. Pero sin olvidarse de competir. La segunda vuelta empieza con un "vale, vamos, ¡que ya estoy a punto!" de Millán, que ha cogido de escondidas su bici eléctrica —ideal para superar las rampas de la Rierada, en Collserola, a pocos metros de la gran ciudad y cercanas al 20% de desnivel—. El barcelonés, ciclista desde hace años y con un buen nivel sobre los pedales, reconoce que ahora está poco fino y que a pesar de la máquina, no ha podido seguir a los más fuertes.

Y es que Marc Márquez y Omar Fraile se han picado. La primera vuelta ha sido tranquila. La segunda también ha empezado bien, con los dos hablando de amigos comunes e historias compartidas. Risas a medio gas con el resto de ciclistas anónimos a su alrededor hasta que uno ha soltado: "¡que Santi se va!" y han salido a por él. Ya no han parado hasta el final dejando atrás un grupo en el que Zugasti y Losada intentan poner sensatez. Que nadie se quede rezagado, que no haya problemas técnicos. Lo intentan pero tienen la sangre de un competidor.

 

Tiran para adelante, se paran, vuelven a arrancar, se esperan, miran. Algo les puede. Quizá el más comedido sea Losada, acostumbrado a trabajar para sus líderes en las mejores carreras del mundo. Él es el encargado de cerrar el grupo pero ni así. Tira unos metros e intenta frenarse hablando con la gente; de la familia, de los negocios, de los siguientes retos.

La salida es asumible para ciclistas poco entrenados pero exigente, más por el ritmo que por la distancia a superar. Son unos cincuenta kilómetros con desniveles muy fuertes y con la dificultad añadida del calor. Una constatación: si quieres hablar con un deportista, llévalo a su terreno, lejos de las salas de prensa. Sobre una bicicleta y rodando en una carretera tranquila, sus ojos no miran a un periodista sino a otro ciclista, por malo que este sea. Y eso, suma mucho.

 

Los detalles y comentarios suavizan el esfuerzo; Coloma hace el caballito, Márquez y Fraile se ríen, Losada te cuenta cómo le va la vida, Millán ya no ataca. Y, ¿qué hay de la marca que esponsoriza el acto? Pasa inadvertida excepto cuando alguno de los ciclistas locales que se cruzan en sentido contrario grita: "pero si van todos vestidos igual, que van de Oakley". Comentarios que refuerzan la pertenencia a un grupo —provisional y circunstancial—, el mismo de un campeón del mundo de motociclismo o de un corredor de Tour. Quizá el valor del acto sea este.

 

 

Acto III

Las cosas vuelven a su estado natural. Marc Márquez atiende la prensa y Omar Fraile aprovecha para rodar un buen rato más con Ibon Zugasti por las carreteras cercanas a Barcelona. Durante un rato les acompaña Losada y algún otro. Se acerca el Tour y hay que aprovechar cada día de entreno. El problema llega cuando la organización del acto detecta que el reloj corre, estos no vuelven y hay que dejar las habitaciones del hotel. "¡Omar se ha ido y no vuelve!". Cosas de equilibrios, hay que representar bien a las marcas pero al mismo tiempo hay que entrenar y saciar el gen competitivo.