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De Cookson a Lappartient. Devenir y porvenir del UCI Women's World Tour (parte 2)

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Diego Molpeceres-Martin | 04 Jul 2018

De Cookson a Lappartient. Devenir y porvenir del UCI Women's World Tour (parte 2)

De Cookson a Lappartient. Devenir y porvenir del UCI Women's World Tour (parte 2)

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Ha conseguido el programa UCI Women’s World Tour (WWT), lanzado por la UCI en 2015, dotar al ciclismo femenino profesional de más relevancia y repercusión en el ecotistema mediático y público? A continuación, la segunda parte de este análisis que pretende ayudar a contestar esa y otras muchas pregunta. Se puede recuperar la primera parte aquí

 

Tercer año WWT: cambio de inquilino en Aigle

Concluía la temporada en Bergen, con la disputa de los Campeonatos del Mundo de Carretera y era también momento de elecciones en la UCI. David Lappartient, hasta entonces vicepresidente de la UCI y presidente de la UEC, se imponía a Brian Cookson, en lo que algunos medios internacionales calificaban de sorpresa.

Se producía la salida de Martin Gibbs —el considerado por muchos hombre a la sombra de la UCI— de la Dirección General de la UCI. En gran modo, era un proceso lógico y esperado. Su reemplazo fue, primero, interino y, después, definitivo, por Amina Layana, hasta entonces directora adjunta. Todo ello no planteaba una línea rupturista en la institución internacional, sino continuista, refutando además la idea de lucha nacionalista en la máxima institución internacional del ciclismo: son los británicos los que eligen a los británicos y son los franceses quienes son escogidos por los franceses.

Tracey Gaudry y Brian Cookson en la prueba femenina de ciclismo en ruta en los JJ. OO. de Río 2016

 

El nuevo organigrama de la UCI empeoraba: solo una única mujer entre los quince miembros del Comité de Gestión de la UCI (idéntica proporción al anterior organigrama) y ninguna en las vicepresidencias. Tracey Gaudry, la mujer que se construyó como ciclista desde la más profunda destrucción del ser humano, abandonaba la vicepresidencia y pasaba a ser miembro del Comité, manteniéndose como presidenta de la Comisión de Ciclismo Femenino. No sabemos si tal degradación jerárquica se debió a las luchas políticas o simplemente a su entonces delicada situación personal, pero lo cierto es que constata preocupantes señales en la UCI.

Queda claro que la promoción de la presencia equilibrada en los órganos de selección y decisión no pasa por ser una prioridad de Lappartient y de que, a pesar de fomentar la formación, la participación de las mujeres en diversas funciones y empleos de la industria ciclista la UCI a día de hoy, es una organización arcaica y poco prominente a los nuevos tiempos, que debe demostrar un mayor empoderamiento interno. Sabe a poco la introducción promovida por Cookson de las becas para que haya más directoras deportivas, facilitando además la transición laboral desde una todavía precaria vida laboral deportiva.

Su llegada implicaba un escenario nada halagüeño merced a sus resultados como presidente del ciclismo francés. Con Lappartient, como presidente, el ciclismo femenino francés pasó de dos a un equipos élite UCI y de diez pruebas con cuarenta y un días de competición a solo seis con apenas quince jornadas de competición (fue presidente de 2009 a 2017). C'est terrible.

 

Imagen de la transcurso de la Strade Bianche Donne 2018 (© Strade Bianche)

 

A pesar de todo ello, el UCI WWT de 2018 comenzó de la mejor manera posible con retransmisiones en directo de las siete primeras pruebas (cierto es que en el caso de algunas, como la Strade Bianche Donne, la realización dejó mucho que ver y desear) hasta que llegó el turno de La Flèche Wallone y se hizo la oscuridad. Volvimos a depender exclusivamente del refugio twittero, pero allí no encontramos a nuestro querido Richard Steege (mecánico del Boels-Dolmans y fiel comunicador forzado ante la inacción o ausencia de retransmisiones), quien había sufrido un ataque cardiaco apenas dos días antes.

Llegó mayo y el esperpento se hizo mayúsculo. La prometida reforma del calendario de 2018 no existió o no sucedió. ¿Fue Lappartient? ¿Qué ocurrió? Preguntas sin respuesta que solo conducen a más preguntas.

El Tour of California y la Emakumeen Bira coincidiendo en fechas, con unos equipos y estructuras aun incapaces de compaginar dos citas del máximo nivel y en distintos continentes solamente dos equipos acudieron a ambas pruebas: el Canyon-SRAM y el Wiggle-High5. Siendo este último, el rara avis del pelotón, manteniendo la estructura y plantilla más amplia del pelotón y siendo probablemente el único equipo con capacidad para coincidir habitualmente en varias carreras, siempre y cuando las lesiones y los compromisos publicitarios lo permiten. 

Llegada al esprint de la pasada edición del Amgen Tour de California (©Tour of California)

 

¿Qué se pensó en Aigle?, ¿uno más uno no son dos? Y aún más preocupante es su flagrante inacción a nivel de comunicación. Desde que arrancó el circuito, una de las grandes bondades del mismo ha sido su flujo homogéneo de información mediante las UCI WWT Chronicles, donde de buen modo han ido resumiendo las últimas pruebas y adelantando las siguientes con parte de la información más pertinente de las mismas. La concurrencia de Bira y California desvirtuó ese buen hacer, siendo claramente perjudicada la ronda vasca a nivel informativo por la UCI.

Todo lo contrario a lo que sucedió sobre el asfalto. La Emakumeen Bira recibió un mayúsculo respaldo de las grandes ciclistas y equipos del pelotón internacional, recordándole a la UCI, que ha sido injusta en su trato a la carrera. Cierto es, que esta edición (la trigésimo primera) no ha estado exenta de polémica por la no inclusión inicial del Bizkaia Durango-Euskadi Murias y Sopela Women’s Team. Una decisión motivada probablemente por falta de apoyos económicos y sobre la que podría reflexionarse larga y tendidamente, pero que diverge demasiado del leitmotiv de este texto.

Y 2018 también se ha olvidado de la paridad. La discriminación retributiva continúa siendo en la actualidad una realidad sobre cuyo horizonte escasean las medidas efectivas para su eliminación directa e indirecta.

Tras la disputa de las pruebas de un día del circuito WWT que cuentan con su respectiva masculina este 2018, la situación en términos de paridad de premios es desgarradora. En términos medios la brecha de premios de estas pruebas desde 2016 a 2018 no solo no ha convergido (reducido) sino que ha aumentado (diverge). En valores absolutos la brecha del vencedor masculino respecto a la vencedora femenina ha aumentado en más de 1 200 € (un 8,2% en términos relativos); mientras que en el montante total de premios a la general la brecha ha aumentado en 2 600 € (un 7,5% en términos relativos). [notas al pie

¿Qué ha sucedido? Sin duda los datos están alterados o afectados por la inclusión de la Strade Bianche masculina en el UCI World Tour en 2017 y el consiguiente incremento de los premios, que a pesar de llevar aparejado también un incremento del montante femenino (2.256 € para la vencedora y 10.260 € totales reparte ahora Strade Bianche Donne, casi el doble que las restantes cinco pruebas analizadas — desolador —) no fue en la cuantía y sentido suficiente para cambiar la tendencia. [notas al pie]

Así pues, sin incluir a la prueba toscana, los datos muestran una mejoría: exigua, nimia y casi trivial. La brecha de vencedores se ha reducido en un 0,10685 % y la del monto total en un 0,23669 % (disculpe el lector tantos decimales, pero para apreciar estas «micromejoras» es necesaria la lupa). Ilustrado más visualmente: la brecha de vencedores se ha reducido en 17,6 €; si repartiésemos la cuantía entre los nueve o diez integrantes del equipo, podemos decir que ahora podrían tomarse a una chuche más respecto a las que se toman sus homólogos masculinos (que aún toman muchas más).

Foco importante sobre el que la UCI debe actuar directa e indirectamente sin excusa alguna. La situación no es halagüeña, un ganador recibe en 2018 un 1.200% más que una ganadora y el montante total masculino es un 615 % superior al femenino. C'est terrible.

La primera edición de la ReVolta, en el circuito de Montjuïc, Barcelona (© Javier Martínez de la Puente)

 

Relación ASO-ciclismo femenino: asotracismo, innovación y expansión

Cualquiera que haya visto más de media hora una prueba ciclista, sabe de sobra la posición de privilegio que ocupa la empresa Amaury Sport Organisation (ASO) en el deporte y en especial en el ciclismo. Una posición oligarca que le permite interferir tanto en las decisiones de la UCI como en el desarrollo del deporte que nos atiene y que le convierte también en el principal actor de la industria ciclista.

Desde está posición tan cimentada, ASO ha ido dando pinceladas en el ciclismo femenino, organizando en los últimos años un creciente número de pruebas e incrementando su cartera de pruebas. Todo ello a pesar de la desaparición de algunas como el Ladies Tour of Qatar (una prueba bastante entretenida e interesante a pesar de los prejuicios de la gente, con mucha pelea, abanicos y sorpresas) hasta las cuatro actuales en el WWT (La Flèche Wallonne Fèminine, Liège-Bastogne-Liège Femmes, La Course by Le Tour de France, WNT Madrid Challenge by la Vuelta) y el Asda Tour de Yorkshire. Indirectamente podríamos incluir, por su acuerdo con la Volta Ciclista a Catalunya, de la prueba autonómica de La reVolta, un critérium disputado por primera vez este año que deja más negros que claros en el horizonte de lo que el ciclismo femenino necesita.

Sin embargo, esta presencia creciente es solo la parte positiva de la relación de ASO con el ciclismo femenino. Poco a poco, con sus decisiones, con la ausencia de retransmisiones de dos de las pruebas más espectaculares (Flèche y Liège) y con recorridos aún lejos de lo demandado por la afición y las ciclistas, ASO ha ido granjeándose en los aficionados una sensación de escepticismo, desconfianza y necesidad de cambio.

La todavía ausencia, unida a las declaraciones de Thierry Gouvenou — uno de sus dirigentes—, de la Paris-Roubaix femenina, sin duda alguna, una de las tres mejores jornadas del año ciclista, lastra los ánimos de equipos y corredoras. Hecho que quedó patente el año pasado con la presencia de apenas cinco de los diez mejores equipos del ranking UCI a la conferencia donde se anunció una segunda e innovadora jornada para La Course by Le Tour de France y que dejaba un aroma de decepción por la ausencia de consenso entre los principales actores y partes involucradas en el deporte.

Salida de la La Course by Le Tour de France de 2017 (© La Course)

 

Una decisión, en mi opinión, óptima en su apuesta por la innovación, aunque corta en su jornada de montaña (un solo puerto dentro de un recorrido corto no convence a casi nadie). La brillante Annemiek van Vleuten (Orica-Scott) se encargó de descartar ese formato (que modificado y revisado podría volver a tener vigencia o al menos prueba) y volvió a recordarle a los medios que los adjetivos que deben acompañar sus titulares no deben jamás ser su accidente de Río, sino las múltiples victorias, cualidades y actitud que atesora en su dilatada trayectoria.

Para 2018 La Course by Le Tour de France si atenderá las demandas de los aficionados, con la disputa el martes 17 de julio de una etapa de 112,5 kilómetros, con 4 puertos (dos de 1.ª, uno de 2.ª y uno de 4.ª) y final en Le Grand-Bornand, donde el Col de la Colombière jugará a priori el papel de juez de la carrera.

Y también este año se renueva la WNT Madrid Challenge by la Vuelta, con una prueba de dos etapas consistente en una primera jornada, el sábado 15 de septiembre, de contrarreloj por equipos en Boadilla del Monte de 14 kilómetros y el ya tradicional pseudo-critérium por la calles del centro de Madrid el domingo 16 de septiembre. Buena elección la contrarreloj por equipos (desafortunadamente tenemos pocas ocasiones de disfrutar de esta preciosa modalidad en el calendario femenino), pero que todavía sabe a poco sin una jornada final más exigente, dejando sin explotar algunas de las virtudes que la sierra madrileña ofrece.

WNT Madrid Challenge by la Vuelta (©WNT Madrid Challenge)

 

Conclusión del ciclismo femenino

Y llegamos al postre, que procuraré que resulte ligero evitando así una pesada digestión. El ciclismo femenino está mejor que en 2015 (538 ciclistas de 57 diferentes nacionalidades en 2018 por solo 454 y 46 en 2015; 87 pruebas y 185 días de competición en 2018 por 83 y 183 en 2015). Es cierto, que se han desaprovechado innumerables activos y oportunidades a la vez que se han cimentado y explotado otros, pero el flujo puede considerarse positivo.

Ese fervor, esa expectación previa al comienzo de la era del UCI WWT no volverá. No se pudo o no supimos capitalizar esa inercia, con inexistentes retransmisiones y calidades extremadamente heterogéneas en el circuito. El ciclismo femenino es desde hace ya tiempo un producto diferenciado, de calidad y entretenido que aguarda inexorablemente una mano que, en vez de abrazarlo para obtener réditos políticos, lo saque de los abismos mediáticos y lo profesionalice.

Bien podría sintetizarse parte del problema del ciclismo femenino con una viñeta del difunto Forges, donde uno de sus ejecutivos guarda en un baúl el ciclismo femenino, dándolo un beso por sus buenas audiencias e impactos y despidiéndose de él hasta dentro de cuatro años, cuando lleguen unos nuevos Juegos Olímpicos.

La UCI debe culminar, llenar ese espacio, ese estrecho que separa a los ejecutivos de las cadenas de televisión y grupos de retransmisión y la pasión, la resiliencia y el buen hacer de los organizadores, equipos y demás individuos involucrados de manera desinteresada en este bello deporte; para lograr que su producto estrella sea por fin una realidad homogénea y retransmitida en directo íntegramente. Pero sin olvidarse de estos últimos, sin destruirles a ellos, los verdaderos promotores de las potenciales posibilidades del ciclismo femenino actual.

 

La Course by Le Tour de France volverá a disputarse este 2018 (© La Course)


[* Notas al pie]

- Para el análisis se han utilizado los datos de 2016 y 2018 de los premios a la clasificación general de las siguientes pruebas: Strade Bianche, Gent-Wevelgem in Flanders Fields, Ronde van Vlaanderen, Amstel Gold Race, Flèche Wallonne y Liège-Bastogne-Liège.

-Los datos utilizados para su análisis han sido expresados en euros nominales.

- En el caso de las pruebas Amstel Gold Race y Liege-Bastogne-Liege los datos iniciales han sido tomados de 2017 en vez de 2018, al ser está su fecha de creación o reaparición en el calendario femenino y circuito WWT.