El territorio flamenco de Bélgica siempre queda asociado a las clásicas de primavera, los tramos de pavé y los muurs de carreras como el Tour de Flandes, pero también el ciclocrós, ya que cada invierno se convierte en la meca mundial de esta disciplina. En este contexto, Flandes, quizás aupado por esa base tan sólida de cultura ciclista, ha apostado de forma decisiva por el gravel y promocionar así la gran cantidad de caminos y sendas que ya de por sí cohabitan con la enorme red de pequeñas carreteras agrícolas y que hacen de éste un territorio único para la práctica ciclista.
“El gravel es una modalidad que te permite descubrir la esencia de cada lugar. Seguro que hacer gravel en España es totalmente distinto que en Bélgica”, asegura Erwin Vervecken, excorredor profesional de ciclocrós y actual manager de la UCI Gran Fondo and Gravel World Series como miembro de la empresa Golazo. Con él hemos hablado para que nos cuente más detalles del próximo Mundial de Gravel de Lovaina y las características de un recorrido que, sobre todo, destaca por transitar por el Parque Nacional Brabantse Wouden, una zona boscosa espectacular de enormes árboles cercana a Bruselas.
Fotografía: Kramon
Fotografía: Gravelbiking Flanders
“Es una región muy especial, especialmente cuando te das cuenta de que la mayor parte de estos bosques están a tan solo 10 o 15 kilómetros del centro de la capital. Es un entorno muy verde en el que te olvidas de que estás en medio de grandes núcleos urbanos —comenta Vervecken—. Es un cinturón verde alrededor de Bruselas que el gobierno flamenco, que es el gran patrocinador principal del Mundial, quiere promover”. Los bosques de Brabante son una zona natural protegida de más de diez mil hectáreas formada por los bosques de Soignes, Hallerbos, Heverleebos y Meerdaalwoud, con hayedos centenarios y centenares de caminos muy bien señalizados.
“Yo vengo del mundo del ciclocrós y sé lo difícil que es que te den permiso para organizar carreras en espacios así. Es casi imposible, ya que el peligro de destrucción del entorno es muy grande, porque el bosque se erosiona, junto con sus elementos, como los troncos. En el gravel solo se usan las pistas ya existentes donde también se puede ir en coche si es necesario. Así que no se daña el medio ambiente. Y eso es lo bueno de esta modalidad, que puedes disfrutar de la naturaleza sin abusar de los bosques ni construir pistas nuevas. Aun así, el circuito que hemos diseñado está validado por el organismo que gestiona los bosques y se ha modificado para proteger zonas vulnerables”.
Las pistas que formarán parte del circuito mundialista, con salida en Halle y llegada en Lovaina, ciudad universitaria y de gran vida cultural, tienen una esencia muy flamenca: no hay grandes desniveles, pero sí un constante sube y baja, pistas muy rápidas, y tramos bastante técnicos y hasta silvestres en los que hay que rodar casi de uno en uno, y que pondrán a prueba ciertas habilidades propias del mountain bike.
Fotografía: Gravelbiking Flanders
Los élite masculino tendrán por delante 181 km y las élite femenina, 134 km. “Creo que será una carrera en la que se irá muy rápido desde el inicio y en seguida los corredores van a quedarse solos —comenta el belga—. Tenemos confirmados algunos nombres de primer nivel como Lotte Kopecky y Mathieu van der Poel, que se ha sumado a última hora después de su gran estado de forma después de disputar el Mundial de carretera”. La presencia de Wout van Aert era otro de los atractivos, pero la fuerte caída en La Vuelta le ha apartado de la cita. Aún así, la prueba masculina contará con Tim Merlier, Felipe Orts, Jasper Stuyven, Tiesj Bennot e Isaac Del Toro; mientras que la femenina con Lorena Wiebes, Marianne Vos, Puck Pieterse, Fem van Empel, Lucinda Brand, Shirin van Anrooij o Riejanne Markus.
Sin embargo, este interés de las grandes estrellas del ciclismo, Vervecken lo ve tan solo como la punta del iceberg del crecimiento tan exponencial que ha tenido esta modalidad en los últimos años. “El gravel ha tenido una gran expansión y muchos corredores de alto nivel se apuntaron cuando la UCI decidió organizar los primeros Campeonatos del Mundo —puntualiza—. Recuerdo que tan solo dos semanas antes del primer Mundial, Van der Poel dijo que participaría, y a continuación, confirmaron Peter Sagan, Pauline Ferrand-Prévot y todas las grandes estrellas. Eso ha hecho que ya desde el primer Mundial, se recibiera mucha atención de los medios de comunicación. Y el segundo Mundial, ya fue el bum definitivo”.
Las pruebas de gravel han pasado a tener de doscientos a quinientos ciclistas inscritos, y después a mil o mil quinientos en tan solo dos años. “Este 2024, en Bélgica, Países Bajos, el este de Alemania… La mitad de los eventos de gravel que forman parte de las World Series tienen ya de mil quinientos a dos mil inscritos”.
Fotografía: Kramon
Los profesionales y los exprofesionales quizás son el altavoz mediático más potente y eficaz, pero según Vervecken, son los corredores amateurs los que están haciendo crecer este deporte desde la base. “El gran crecimiento procede de los aficionados y los corredores de grupos de edad. El primer año de las World Series, en 2022, en un evento medio de unos quinientos ciclistas, más de la mitad eran corredores de élite. Ahora, un evento medio tiene tal vez un 20 o 25% de élites y un 70 o 75% de corredores de grupos de edad. Así que el crecimiento real viene de los aficionados”. Esta base popular le proporciona al gravel unos grandes cimientos para seguir siendo la disciplina por la que muchos ciclistas optan para disfrutar del ciclismo. De momento, le veremos dar un paso adelante en el próximo Mundial de Lovaina 2024.