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Los héroes malayos han sido profetas en su tierra:

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Albert Rabadan | 03 Oct 2024

Los héroes malayos han sido profetas en su tierra:

Los héroes malayos han sido profetas en su tierra:

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La brecha entre el ciclismo europeo, históricamente la meca mundial del deporte, y el resto de continentes, ha sido a menudo una historia de conquistas y superación de techos de cristal. En Malasia, la existencia de una carrera como el Tour de Langkawi ha supuesto durante sus prácticamente tres décadas de historia la fascinación por poder ver a grandes estrellas del ciclismo europeo, americano o oceánico –los que ven por televisión– en sus tierras… pero también la inspiración de ver a corredores de casa desafiando esa brecha, batallando cara a cara con esas grandes estrellas internacionales, incluso llegando a superarles.

Concretamente, en los 28 años de historia del Tour de Langkawi, ha habido cuatro victorias de etapa de corredores locales. Y ambos, dos velocistas carismáticos y descarados, siguen siendo dos caras muy visibles en la carrera. Dos nombres en la relativamente corta lista de catorce ganadores de etapa asiáticos en la historia de la carrera malaya.

“En mi vida, mi sueño era correr el Tour de Langkawi, ¡y he podido ganar en él!”

En cada salida de etapa de la carrera asiática, la llegada de Harrif Saleh es sinónimo de vítores y peticiones de selfies, siempre respondidas con entusiasmo por parte del héroe local. El veterano ciclista, de 36 años, ostenta el récord de participaciones en el Tour de Langkawi desde el año pasado, cuando superó las 13 del iraní Ghader Mizbani y de otra leyenda del ciclismo asiático en general y malayo en particular como Anuar Manan. Ambos son los dos únicos corredores de Malasia que han sido capaces de azar los brazos en la carrera de casa. Anuar Manan ganó una etapa en la edición de 2010, y se quedó a las puertas frente ante otros velocistas dominadores como Andrea Guardini y Marcel Kittel. Por su parte, Harrif Saleh ha sido capaz de sumar tres victorias: fue capaz de ganar una etapa en 2019, en la histórica ciudad de Melaka, ante el récordman de victorias en el Tour de Langkawi, Andrea Guardini, y dos en una edición de 2020 cuya participación estuvo marcada por la pandemia.

Con 15 participaciones y tres victorias de etapa, el malayo Harrif Saleh es parte destacada de la historia de la carrera de casa. Foto: Le Tour de Langkawi

“Recuerdo que en 2011 hice tercero en la primera etapa de mi segundo Tour de Langkawi (ganó Andrea Guardini), y eso ya me dio mucha motivación al comenzar”, recuerda el veterano velocista. “Cuando empecé en el ciclismo y pude correr en el Tour de Langkawi, ya estaba muy contento. En mi vida, mi sueño era poder correr el Tour de Langkawi. Intenté encontrar mi lugar, y tenía las ganar de mejorar para llegar al nivel de competir con otros corredores de Asia y europeos. ¡Y al final les he podido ganar! Me di cuenta de que nada era imposible”, cuenta con entusiasmo el ciclista del Terengganu, que siguió peleando los sprints con valentía en esta edición (fue 7º en la segunda etapa) hasta quedar fuera de control en la luchada cuarta etapa.

Los retos cumplidos y un reto: “Ver crecer a los jóvenes”

“El Tour de Langkawi fue muy importante para mí. Fue una plataforma para mostrar mi carrera al mundo, y también me dio un nombre. Por eso creo que, para los corredores malayos, es una gran manera de conocer su nivel. Cuando yo empecé, se creía que era muy difícil poder batir a corredores extranjeros, los veíamos muy lejos, pero después de que yo empezara a ganar en Langkawi, creo que mucha gente se dio cuenta de que podíamos competir con los corredores extranjeros, y empezaron a entrenar para preparase por Langkawi, marcándose como objetivos llegar bien aquí, y buscar buenos resultados, y no llegar aquí pensando que es imposible hacer nada”, apunta por su lado Anuar Manan, a quien se le puede ver a diario en las redes sociales oficiales de la carrera como embajador. “Ahora mi profesión es entrenador de corredores jóvenes, trabajo especialmente en el estado de Terengganu. Y aquí estoy trabajando para la carrera, haciendo entrevistas para las redes sociales y dando información. La organización me invitó este año a hacerlo. ¡Digamos que yo soy sinónimo de Tour de Langkawi!”, sonríe Manan, que afirma tener “muchas ganas de ver crecer a nuestros jóvenes crecer para que sean profesionales”.

Anuar Manan, el primer ganador de etapa malayo en Le Tour de Langkawi, es ahora embajador de la carrera. Foto: Albert Rabadan

“El ciclismo no es un deporte tan grande en Malasia y Asia. Nos sentimos muy lejos de Europa, incluso de otros países de Asia. Pero creo que, poco a poco, vamos pudiendo luchar. También es verdad que el nivel del ciclismo en Asia está subiendo. Cada vez más profesionales que se quedan sin contrato vienen a Asia buscando algún equipo pequeño, y por eso creo que todas las carreras son duras”, amplía Harrif Saleh sobre una brecha que él ha sido de los pocos que ha sido capaz de romper. “Mi consejo para los jóvenes es claro: no os rindáis. Aprended cómo podéis mejorar, sentiros cómodos en competición, así cuando toméis la salida en el Tour de Langkawi, entenderéis bien cómo funciona la carrera y podréis comparar vuestro nivel con el de los WorldTour y ProContinentales. Y partir de aquí, no rendirse nunca. Entrenad duro, y no perdáis la motivación”.

Habiendo llegado a la fase final de su carrera, ¿hay algún sueño que le haya quedado por cumplir? “¡Me hubiera encantado correr el Tour de Francia! Realmente, mi sueño eran el Tour de Francia y los Juegos Olímpicos. En ruta o en pista, me hubiera dado igual”. Un sueño que quizás sea posible para próximas generaciones: “Esperemos que algún día un ciclista malayo pueda llegar a los grandes equipos. Aunque no seré yo, que ya soy bastante viejo”, ríe con sorna. Según Anuar Manan, en el ciclismo en Malasia, “durante los últimos años, creo que nacionalmente se ha apostado más por el ciclismo en pista, porque Azizul (Awang, doble medallista olímpico y una vez campeón mundial en keirin) tuvo mucho éxito. Y en cuanto a la carretera, creo que está volviendo a crecer. Este año podemos ver a muchos equipos malayos corriendo este Tour de Langkawi, y creo que 2 o 3 corredores pueden aspirar a conseguir algún buen resultado”.

El legado de padre e hijo: “Un honor y una responsabilidad”

Lo cierto es que hay tres equipos malayos en la salida del Tour de Langkawi: el primero es el potente Terengganu Cycling Team de Harrif Saleh, el actual líder del ránking UCI Asia Tour tras una gran temporada de ex World Tours como el eritreo Merhawi Kudus (firmado por los próximos dos años por Burgos-BH) o el argelino Youcef Reguigui, que casualmente promociona uno de los dos únicos estados por el que no transcurre el recorrido de esta edición del Tour de Langkawi. Le siguen el Malaysia Pro Cycling (anteriormente Team Sapura, proyecto privado nacido con el apoyo de un importante grupo empresarial malayo) y la selección nacional de Malasia. En ella, se esconde una de las historias más curiosas de esta 28ª edición del Tour de Langkawi: por primera vez ha sido protagonista el hijo de un ex participante, como es el caso del joven Ren Bao Tsen, cuyo padre Tsen Seong Hong tomó la salida en la primera edición de la carrera, en 1996. Ambos se han dejado ver juntos en diversas salidas y llegadas de la carrera.

Corredores de Malaysia Pro Cycling y de la selección malaya camino a la salida de la segunda etapa desde Arau. Foto: Albert Rabadan

“Es una carrera en la que he soñado con correr desde que empecé a pedalear. Este evento ocupa un sitio especial en mi corazón, algo que venía de fábrica por mi historia familiar. Correr en casa es un evento tan prestigioso es un honor, y además conlleva una responsabilidad que afronto con toda mi ilusión. Lucir el maillot de mi selección nacional me hace recordar la dedicación que conlleva representar a mi país”, explicaba antes de empezar la carrera el joven Ren Bao Tsen, de 21 años, vigente subcampeón nacional malayo de contrarreloj. “Cuando empiezas en Malasia, no hay tantas carreras. La cultura y el entrenamiento es diferente. En mi caso, cuando tenía 15 años, mi familia se movió a Australia, y allí fue cuando me empecé a tomar el ciclismo en serio, corriendo en critériums, carreras en ruta, y disfrutando más del ciclismo, porque la infraestructura para el ciclismo en Australia es mucho mejor que en Malasia. Principalmente, nos mudamos allí para estudiar. Nuestros tíos viven allí, así que mi madre sabía cómo vivían, y que se podía vivir muy bien, y lo hicimos como inversión de futuro”.

¿Y qué supone para un joven malayo haber crecido con un evento como el Tour de Langkawi en su país? “Langkawi tiene un gran impacto. Puedes ver a muchos fans que probablemente empezaron viendo la carrera porque estaba anunciada, veían que había corredores malayos corriendo, se inspiraron, y empezaron a correr, a buscar clubes, y poco a poco ir mejorando. Ver que puedes representar a tu país en unos Campeonatos Asiáticos, o en los Commonwealth Games… es algo que a los fans les inspira. Este año, correr el Tour Langkawi estaba claramente en mi ‘bucket list’. No solamente acabar Langkawi, pero poder mostrar algo de mí. Está claro que es nivel medio aquí es demasiado alto, pero es el precio que pagar por la falta de experiencia. Tengo mucho que aprender, pero está claro que es un grandísimo evento dentro del ciclismo asiático”. Un escaparate en el que ya sabe que dos compatriotas han sido capaces de superar el techo de cristal que los separa con la élite del ciclismo mundial.

Fotografía de portada: SharoneJane Liau / Terengganu Cycling Team