A Enric Mas le quedan dos jornadas para desbancar a Ben O’Connor de la segunda plaza de la general y, en una operación casi quimérica, superar a un Primoz Roglic que es más favorito que nunca y con el comodín de la crono final guardado en su bolsillo trasero. Justo después de arañar casi un minuto al australiano, el ciclista de Movistar aseguraba que en la etapa de este sábado con final en Picón Blanco “tendremos que actuar de forma diferente y con una etapa de 5000 metros de desnivel positivo vamos a disfrutar”.
Disfrutar. Quizá Enric Mas sea de los ciclistas que transmite de forma más transparente su estado de ánimo. Si lo pasa mal, se nota en su cara, en sus expresiones, en sus respuestas, en su forma de correr. Por el contrario, y como estamos viendo en esta Vuelta, se le nota cuando las cosas le van bien. Y esto no se contradice con sufrir encima de la bicicleta, porque se sufre, pero de forma diferente. Tras acercarse un poco más a la segunda posición —y alejarse de la primera—, en el Alto de Moncalvillo, Mas lamentaba haber sido superado por Gaudu y Skjelmose en los metros finales: “He llegado vacío, no he podido esprintar por las bonificaciones”.
Enric Mas todavía tiene opciones de podio en esta Vuelta (Foto: Cxcling / Unipublic)
Y es que las fuerzas no son infinitas a pesar del control riguroso y exhaustivo al que se somete un ciclista profesional en los tiempos actuales. Calcular lo que el cuerpo pierde y, por lo tanto, lo que debe entrar, es primordial. Juan Carlos Escámez, masajista del equipo Movistar y mano derecha de Enric Mas en esta Vuelta, detalla a VOLATA cómo prepararon la etapa de Moncalvillo. “Cómo siempre, hay un avituallamiento previo aquí en el bus, en que los corredores cogen una serie de productos. Cada corredor se suministra de geles, gelatinas, algún bollo... Y en los coches, lo mismo, también tenemos geles”. Y a partir de aquí, y con la etapa ya en marcha, “tenemos diferentes puntos con gente con bidones y geles, además de las zonas de avituallamiento. En la etapa de hoy tenemos 9 puntos, con el avituallamiento incluido”.
Por supuesto, no todas las etapas son iguales y, por lo tanto, se deben afrontar de forma distinta. "Se trata de diferentes factores, diferentes circunstancias, como el personal disponible, las inclemencias meteorológicas… Intentamos tener el mayor grupo de gente disponible para evitar a los corredores el esfuerzo de tener que bajar al coche y después remontar”. El producto estrella son los geles. “Ha evolucionado muchísimo la comida, sobre todo a base de geles. Ahora tienen una tolerancia magnífica y ya se consiguen unas composiciones que se absorben muy bien. En este caso, nosotros con el High Fructose de 226ers estamos contentísimos, es uno de los geles que más utilizan los corredores, además de los que les proporcionan el carbohidrato necesario para afrontar la etapa”.
El auxiliar del Movistar Team, Juan Carlos Escámez nos atenció en la meta de Logroño (Foto: Isaac Vilalta)
Sobre gustos, ya se sabe, no hay nada escrito. “Nosotros utilizamos geles con sabores de fresa y plátano, y te diría que a un 50%. A Enric, por ejemplo, le gustan los dos. En cambio, con las gelatinas sí que le gustan más las de lima porque con el calor, quizá los sabores cítricos pues siempre son mejores”. Y del resto, ¿hay algún caso especial? “Sí que me viene a la memoria Fernando Gaviria que con los High Fructose siempre los pide de plátano, es un fanático de este sabor”. Más allá de la anécdota sobre el paladar de cada uno, sí que aparece un factor importante, el calor y como cada uno reacciona a las altas —o bajas— temperaturas.
Siempre se ha aceptado la tesis que defiende que Enric Mas se desenvuelve mejor con el calor que con el frío. Los datos y la experiencia así lo demuestran y, sin ir más lejos, el propio ciclista mallorquín lo ha reconocido en más de una ocasión. Es cierto que esta Vuelta ha sufrido las altas temperaturas en su parte inicial pero una vez trasladada al norte, las lluvias y las temperaturas relajadas han pasado a dominar la situación. Así pues, el condicionante ambiental no será determinante para justificar el podio final. Aún así, cuando se prepara la comida de los ciclistas, ¿hay mucha diferencia al entre los días de calor y los de lluvia? “En cuestión de comida y de geles el consumo es parecido, lo que varía muchísimo es la ingesta de líquidos, como es lógico”, apunta Escámez. “En nuestro caso, en este final de Vuelta en que han bajado las temperaturas, estamos preparando la mitad de bidones que en la primera semana. Es que ya no es lo que beben los ciclistas, sino lo que se tiran por encima para refrescarse”.
Los corredores del Movistar cogiendo unas bolsas de avituallaminento (Foto: Getty Sport / Movistar Team)
Ver los ciclistas refrescándose en pleno esfuerzo es una imagen que forma parte de la historia de este deporte. Y si antes incluso se tiraban dentro de una fuente para refrescarse, ahora dominan las medias llenas de hielo. “En la primera semana de esta Vuelta, y con temperaturas de 38º, 39º o 40º, hemos estado gastando 70-80 kilos de hielo diarios para enfriar neveras o para protocolos de hielo post etapa. Y claro, para llenar medias que los ciclistas se van poniendo durante la etapa para refrescarse… Fíjate, aquí en el norte no llegamos ni a la mitad. Con temperaturas de 16º o 17º, aquí el hielo ya no es necesario”.
A falta de dos jornadas, con una etapa de montaña extremadamente exigente y una contrarreloj por las calles de Madrid, la lucha por el podio está más viva que nunca. Roglic parece haber sentenciado y solo un desfallecimiento improbable con el control que tienen los ciclistas, lo alejaría de su cuarta victoria final en La Vuelta. Veremos también si Enric Mas consigue superar a Ben O’Connor y alzarse con la segunda posición. En su caso también lo conseguiría por cuarta vez, después de haber sido segundo en 2018 por detrás de Simon Yates, y, ya en las filas del Movistar, en 2021 y 2022, superado por Roglic y Remco Evenepoel, respectivamente.
* Contenido realizado en el apoyo de 226ers.