Quien la sigue la consigue. La entrega de Richard Carapaz sobre la bicicleta es quizá una de sus mayores cualidades. El ecuatoriano es un ciclista enérgico y combativo al que no siempre le ha sonreído la fortuna en sus apariciones en el Tour de Francia. La victoria de etapa siempre se le había resistido; tanto que incluso en la edición pandémica de 2020 cedió un triunfo a su por aquel entonces compañero en el INEOS, Michal Kwiatkowski, en una de esas imágenes icónicas llegando mano a mano. Hasta ahora. El del EF Education-Easy Post ha inaugurado su palmarés en la ronda gala en Superdévoluy.
La cara de desgaste ocultaba el rostro de felicidad de Carapaz, que ha podido disfrutar de un plácido desenlace con el habitual ritual de celebración: cremallera abrochada y miradas buscando la complicidad del coche del equipo, para de paso acabar de confirmar que Simon Yates no aparecía en el horizonte, y brazos apuntando al cielo. El ciclista de Carchi ha conseguido la primera victoria ecuatoriana en el Tour después de enfundarse también el maillot amarillo cuando la carrera aun pisaba terreno italiano. Ahora Carapaz forma parte de ese selecto club de ganadores en las tres grandes vueltas.
“Venía con la ilusión de ganar una etapa, así que siempre recordaré este día porque ha sido muy hermoso“, reconocía Carapaz con una media sonrisa. En ocasiones importa más el cómo que el qué, y aunque no se trataba de una gran jornada alpina, el desarrollo de la etapa la ha transformado en frenética. Muchos cazaetapas tenían el día marcado en rojo y el pelotón no daba su brazo a torcer. Ataques, contraataques, recontraataques… y ninguna fuga se ha consolidado hasta los últimos 60 km. El encadenado final fue el escenario que desató la batalla en el inmenso grupo cabecero con Yates y Carapaz como protagonistas.
El británico ha atacado en la antesala del Col du Noyer, pero el ecuatoriano ha recuperado terreno en unas rampas del 8%y 9% que había reconocido alentado por la emisora de radio: “Animal Richie, venga, venga, todo, todo...”. Su ataque ha sido letal y el margen en la cima insalvable, también para un Enric Mas (3º) que ha vuelto a coquetear con las primeras posiciones.
Remco Evenepoel en solitario durante el ascenso a la estación de esquí de Superdévoluy (Fotografía: Getty Images)
Y mientras los fugados se jugaban la victoria, por detrás Tadej Pogačar ha decidido (otra vez) ponerle picante a un final que estaba siendo plácido en el pelotón. Ni el propio ciclista esloveno sabe muy bien por qué ha atacado, pero ese impulso visceral inherente a su esencia ha destapado las carencias de Jonas Vingegaard. Esa situación ha despertado a un Remco Evenepoel anestesiado que se conformaba con un tercer puesto en la general y ha aprovechado la debilidad del danés para arañar doce segundos. La renta es exigua, pero quizá una última semana que parecía escrita ahora pueda cambiar de guión.