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Vía Turín. Etapa 16: Bressanone - Andalo

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Borja Barbesà | 23 May 2016

Vía Turín. Etapa 16: Bressanone - Andalo

Vía Turín. Etapa 16: Bressanone - Andalo

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De nuevo etapa trampa tras la jornada de descanso, de nuevo etapa vendida a la baja en relación a otras de más llamativas. Sin embargo, su corto kilometraje, su salida en ligera bajada durante más de 40 kilómetros y su dureza posterior propiciarán una salida desbocada con decenas de corredores buscando la escapada. Eso pondrá por primera vez a prueba el equipo del líder, un aparentemente débil Lotto-Jumbo que deberá tirar de sangre fría.

Apuesta conservadora: Alejandro Valverde
Apuesta arriesgada: Nicolas Roche

Cuando uno pasea por Bressanone se da cuenta que a pesar de hallarse administrativa y legalmente en Italia, la inmensa mayoría de lo que sus sentidos perciben pertenece a otra categoría semántica: arquitectura, urbanismo, paisaje humano y natural... casi todo remite a la idea que uno tiene de Centroeuropa. Aquí, a pesar de no estar tan cerca de la frontera austriaca, a poco menos de cincuenta kilómetros, el 70% de la población habla alemán, así que mejor sería referirnos al pueblo en su denominación germana: Brixen. Estamos en el llamado Tirol del Sur, término equivalente a la actual provincia de Bolzano, que junto con la Provincia de Trento, conforman la región Trentino-Alto Adigio. Ahora bien, debido a los acuerdos entre los gobiernos de Italia y Austria durante los años setenta del siglo pasado, sobre todo a raíz del aspecto lingüístico, la región descentralizó buena parte de sus competencias en favor de las provincias. Así, éstas pueden ser prácticamente homologables al resto de las regiones de Italia más que a las demás provincias.

A estas alturas de carrera, con más de dos tercios completados, más de uno tendrá tentaciones de hallar soluciones en la medicina, así que no es mala idea -y hasta donde yo sé legal- visitar en Brixen su curioso Museo de la Farmacia. El centro está en funcionamiento desde 2002, cuatro siglos después de la apertura de la Farmacia Civica en el pueblo y posee objetos como un trozo de momia o la cabeza de un armadillo, así como información sobre remedios históricos de lo más variados: tiritas embadurnadas de bilis de buey, ojos de cangrejo o cochinillas azucaradas para hacer bajar la fiebre.

Tras el pistoletazo de salida la carrera se aleja de la frontera austriaca y desciende el valle hasta Bolzano, la ciudad más poblada de la zona y uno de los pocos núcleos de la provincia donde los hablantes italianos son mayoría, a pesar de haber pertenecido al Imperio Austrohúngaro hasta su disolución en 1918. A partir de aquí, la caravana ciclista vira al oeste y se filtra al Trentino a través del Passo della Mendola, o Mendelpass en alemán. Se trata de un trazado viario construido entre 1880 y 1885 y en cuya cima no encontraremos pastos y vacas sino cierta actividad turística. A finales del siglo XIX, este mirador al valle del Adige y a la misma Bolzano se convirtió rápidamente en un destino de vacaciones muy apreciado por la nobleza de toda Europa: Francisco José I, emperador de Austria, se alojó aquí en 1903. También la célebre emperatriz Sissí lo eligió varias veces para pasar alguno de sus días de esparcimiento. Incluso se dice que Gandhi pernoctó aquí antes que la Primera Guerra Mundial se lo llevara todo por delante. Bien, estamos hablando de una de mis localizaciones de ficción histórica preferidas: un complejo de veraneo justo antes del estallido de la Gran Guerra. Por un lado, es un entorno donde se incuban dramas personales potentísimos, a menudo sólo latentes; por el otro, el recinto vacacional funciona a las mil maravillas como burbuja, mientras se propaga el runrún de que afuera en el mundo algo terrible está empezando a suceder. Y al final, estalla el drama íntimo y el colectivo y el lector/espectador no sabe cuál de los dos le produce más desasosiego, lo que pone en duda su moralidad. En fin, creo que cuando la carrera pase por ahí, me parecerá ver en algún porche lleno de geranios al fantasma de, pongamos, Dirk Bogarde.