La segunda jornada más larga de este Giro es una etapa ondulada que requerirá mucho trabajo de los equipos de los hombres rápidos si quieren llegar al final con opciones. Es de prever que un puñado de corredores tenga fe en que la escapada hoy tiene opciones de llegar. El final contiene dos pasos por meta con un último kilómetro que pica para arriba y con tramos de adoquín urbano.
Apuesta conservadora: André Greipel
Apuesta arriesgada: Jay McCarthy
En Benevento normalmente alzan los brazos corredores de cierta enjundia. Los últimos, Scarponi, tras rematar una fuga de veinticinco unidades hace siete años, y McEwen, al sprint, en 2002. Antes, en los setenta, Beppe Saronni y el mismísimo Monsier Roubaix, Roger de Vlaeminck.
Otros que ganan aquí son los presuntos mejores escritores de Italia, puesto que el máximo galardón literario del país se entrega en esta ciudad de Campania. El premio nació sin embargo en Roma, en el salón literario que instauraron en su propia residencia los periodistas y escritores Maria y Goffredo Bellonci. Un habitual de esos encuentros era Guido Alberti, que se animó a patrocinar el premio desde su inicio en 1947 con la empresa familiar, fabricante del Liquore Strega de Benevento, una bebida a base de hierbas y azafrán, de gran arraigo en esa zona de Italia. Alberti, además de empresario, era un gran aficionado a las letras, a las artes y al cine, hasta al punto de comenzar a los 54 años una carrera como actor que le llevó ya desde el inicio a aparecer en filmes tan relevantes como 8½ de Fellini, El Decamerón de Pasolini o El verdugo, de Berlanga.
A las pocas ediciones el galardón ya contaba con un importante prestigio y hoy echar una ojeada a su palmarés equivale a pasear la vista por la mayoría de los nombres más relevantes de las letras transalpinas del siglo XX: de Pavese a Magris, de Moravia a Ginzburg, de Lampedusa a Buzzati, al que los aficionados al ciclismo conocerán también como reportero deportivo autor de las fantásticas crónicas del Giro de 1949, compiladas estupendamente en castellano en la edición de Gallo Nero.
Fijándonos en la caravana ciclista del presente Giro, ésta sudará para llegar hoy a Benevento, el punto final de una jornada maratoniana que antes deberá pasar, a la altura de Atripalda, a poquísimos kilómetros de Avellino, donde tienen sus raíces una de las familias italoamericanas más célebres del mundo, por mucho que pertenezcan al reino de la ficción: Los Soprano. En la serie de HBO se explica que Corrado Senior, el abuelo de Tony, era un picapedrero de esta ciudad que a inicios del siglo XX se vio obligado a emigrar a América.
Previamente, los ciclistas transitaran un emplazamiento que hoy también podría contarse en clave de ficción aunque un día fue totalmente real: al este de Palomonte, una población curiosísima encaramada en lo alto de un peñón, existía un lago, el lago di Palo, que fue secado por orden del Reino de Italia a finales del siglo XIX. Hoy el rastro que queda es un puñado de hectáreas de cultivos, absoluta y extrañamente llanas, entre montañas dulces y moderadas de este Giro todavía meridional, por poco tiempo. Mañana, primer final en alto en el corazón de los Apeninos centrales.