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'La cuestión es la mentalidad, no el palmarés', Philippe Gilbert

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Texto: Albert Rabadan | 20 Jan 2020

'La cuestión es la mentalidad, no el palmarés', Philippe Gilbert

'La cuestión es la mentalidad, no el palmarés', Philippe Gilbert

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Aunque brilla el sol, el frío aprieta en un mediodía de octubre irlandés cuando Philippe Gilbert (Verviers, Bélgica, 5 de julio de 1982) se está tomando un café en una carpa instalada en el majestuoso complejo de Palmerstown House State, en la localidad de Johnstown, a apenas 20 kilómetros de Dublín. Ese es el punto donde termina la primera edición de la marcha cicloturista del evento The Project, organizado por el profesional irlandés Nicolas Roche. El belga, a sus treinta y siete años, está invitado al evento. Allí se pueden adquirir copias de su biografía Mon année de rêve (2012), en la que se retrata la temporada que le catapultó como uno de los mejores ciclistas de las últimas décadas, una posición que mantiene tras una trayectoria envidiable.

En su palmarés está el título mundial de 2012, cinco victorias en Monumentos —ha repetido triunfo en el Giro de Lombardía y solamente le falta la Milán -SanRemo para conquistarlos todos— y once etapas en grandes vueltas. A pesar de las numerosas fotos que le pedían los participantes, Gilbert se apartó para hablar en exclusiva con VOLATA. “Ha sido mi primera vez en Irlanda. Estoy contento de que me haya invitado un buen amigo como Nico”, apunta el belga. Aunque nunca han compartido equipo suelen entrenar juntos en Mónaco, lugar de residencia de ambos.

Fotografía: Phil Crow / Alamy 

En una edad en la que muchos deportistas ya piensan en la retirada —especialmente tras una trayectoria como la suya—, el valón acaba de cerrar la temporada, en la que ha logrado el histórico reto de ganar la París-Roubaix, y ya tiene la nueva en el punto de mira. “Es una cuestión de mentalidad, no importa tu palmarés. Depende de tu motivación y, por suerte, creo que la tengo", apunta con sencillez Gilbert. “Yo creo que la clave es que seguimos saliendo en bicicleta con la ilusión de un júnior —nos destaca posteriormente Roche—. Creo que es lo más importante para tener una carrera larga y disfrutar”.

La magia de Lieja

Si por algo es recordado Gilbert es por ser uno de los mejores ciclistas de la historia en las Clásicas de las Ardenas, el centro de atención del ciclismo en primavera. Su explosividad y poderosa arrancada le hicieron imbatible en sus mejores años, especialmente en 2011, cuando encadenó triunfos en la Flecha Brabanzona, la Amstel Gold Race, la Flecha Valona y la joya de la corona, la Lieja-Bastoña-Lieja.

“En Lieja el ciclismo también es muy importante” —explica el belga. Seguramente sea un entorno menos versado que el misticismo de Flandes, pero es donde se cocinó la ambición del campeón. “Viviendo allí, este deporte siempre está presente. Yo seguía mucho el ciclismo en la generación de Jalabert, Museeuw, Bartoli, Boogerd, Rebellin, incluso Bettini”. Ahora él se ha ganado a pulso ser uno de esos mitos, aunque rebaja los ánimos ya que “en Bélgica siempre hay grandes ciclistas y en el futuro tendremos muchos otros iconos”.

Fotografía: Karen M. Edwards

Se trata de una cuestión cultural pues el ciclismo es un deporte muy importante en Bélgica. “Cuando algo está tan presente los medios, es más fácil engancharte. La mejor manera de acercar un deporte a los niños es mostrarlo en televisión, y eso lo tenemos mucho en Bélgica” —desarrolla Gilbert, que también tuvo sus inicios en el mundo del ciclocross. “Es un evento que dura un tiempo concreto, puedes ver muchas categorías. Creo que es un gran deporte: atractivo y fácil de organizar. Por eso tiene tanto éxito en Flandes”. Tanto como la gran carrera nacional, De Ronde, que Gilbert logró ganar con una exhibición en solitario en 2017.

Los nuevos retos del veterano

Aquella victoria en Flandes abrió una nueva senda en la carrera del un veterano Gilbert que podría haber entrado ya en su ocaso pero, en un movimiento sorprendente para muchos, fichó por el gran equipo de las Clásicas, el Quick Step. Para Gilbert, no era una cuestión de dinero ni de galones adquiridos: tenía trazado un plan de futuro. “Siempre he tenido claro en mi cabeza que tenía otras cosas que hacer en el ciclismo antes que las Clásicas de pavé. Creo que lo hice en el orden correcto”—apunta.

La capacidad de trabajo y ambición de Gilbert, en un ciclismo cada vez más especializado, se demuestran con sus triunfos en carreras tan dispares como Il Lombardía, la Lieja o la de Flandes y Roubaix. “Por supuesto, son nuevas maneras de trabajar y de entrenar. Estoy contento de haber sido capaz de lograrlo y de los resultados obtenidos en toda mi carrera” —explica el belga.

Fotografía: Lotto-Soudal

Ante el reto de intentar lograr alzar los brazos en los cinco Monumentos, Gilbert acaba de firmar un contrato de tres años con el Lotto-Soudal. Un paso más en una carrera de éxito que parece no tener fin. “Es un equipo diferente al que había cuando estuve en Lotto. Es un gran reto: sigue siendo un equipo belga, con un espíritu belga y eso es lo que me gusta” —explica el corredor, que ya entra en la categoría de veterano.

Así pues, Philippe Gilbert puede seguir ofreciendo muchos años en los tres años que le quedan de carrera, pero nos surge una pregunta: Si solo tiene la Milán-San Remo pendiente de conquistar y ha sido capaz de adaptar su carrera a los nuevos retos, ¿qué se necesita para ganar la Clásica italiana? “Ser más rápido que el segundo —sonríe—. Es simple. En San Remo nunca gana el mejor, se necesita también un poco de suerte”. Es el ingrediente final de la receta que este batallador sigue usando para escribir la historia de este deporte.

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Puedes leer la entrevista completa en VOLATA#21. 

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