Cada año la Vuelta Ciclista a España recorre durante las últimas y tórridas semanas de agosto decenas de pueblos y provincias de la geografía ibérica. Más allá del espectáculo deportivo sobre el que tanto se ha escrito y fotografiado, La Vuelta congrega año tras año a cientos de aficionados quienes, más por proximidad que por devoción, inundan de ruido color e ilusión las carreteras que conforman el recorrido de la última gran vuelta de la temporada del ciclismo en carretera.
Mientras que los avances técnicos, nutricionales y deportivos parecen no detenerse, hay algo que permanece inmutable en este público que madruga y sube a pie algunos de los picos más altos del país para esperar durante horas al sol y comerse el bocata en una cuneta con la intención de ver pasar a una multitud de ciclistas enfundados en lycra, de quienes apenas conocen dos o tres nombres.
A ellos, los fotógrafos Jorge Gil y Álvaro Embid los han llamado "Los Vueltistas". Son los que hacen posible la existencia de circo contemporáneo del deporte; son quienes montan infraestructuras temporales enmedio de la nada, los que anhelan tener cualquier souvenir de cualquir esponsor, son los turistas que simplemente pasaban por allí o la grupeta de aficionados que sube un puerto para animar en su punto más escarpado. "Hemos querido homenajear a toda esa gente con una colección de fotos que los retrata. Porque sin afición no hay Vuelta, y sin Vuelta ¿qué sería de las tardes del final del verano?", comentan.
En VOLATA acogemos parte de esta colección a través de una exposición inédita de 12 fotos del 24 de agosto al 3 de noviembre. Aquí tenéis una pequeña muestra.
Inauguramos el sábado 24 de agosto, a las 13h