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Flandes, buscando la esencia del ciclismo

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Texto y fotografía: Marina Tomás | 23 May 2019

Flandes, buscando la esencia del ciclismo

Flandes, buscando la esencia del ciclismo

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El ciclismo siempre había sido un mundo muy lejano para mí hasta que tuve la oportunidad de pasar unos días en família en Bélgica coincidiendo con la Ronde van Vlaanderen, el Tour de Flandes, una de las carreras con más tirón popular a nivel mundial. Soy fotógrafa profesional especializada en el mundo de la cultura y en conciertos de música y la idea de pasarme varios días intentando cazar ciclistas me pareció un reto maravilloso y una forma inesperada de salir de mi zona de confort.

Nos alojamos en una casa rural cerca de Oudenaarde y eso nos permitió un inmersión total en el territorio y su cultura flamencas. Tuvimos mucha suerte porque durante las semanas de las Clásicas hay mucha demanda y llega muchísima gente. De hecho, en el avión ya detectamos que estábamos rodeados de personas de todo el mundo que, como nosotros, se dirigían a pasar unos días en Bélgica. Luego supe que la cicloturista de la Ronde van Vlaanderen es una experiencia popular que puede llegar a tener hasta 16.000 personas inscritas. Había cicloturistas de todas las edades y condiciones y también muchas mujeres. Además, el evento cuenta con una muy buena infraestructura que permite que tanto participantes como acompañantes puedan pasar un buen día de ciclismo. En nuestro caso, mientras nuestro hijo mayor participaba en la sportive, el resto de la familia decidimos visitar Oudenaarde.

Al día siguiente fue el turno de los profesionales. Me sorprendió la celeridad en todo lo que sucede en la Ronde. Todo va muy rápido pero también, muy lento. Son dos planos temporales que debes gestionar y también debes saber disfrutar. La larga espera, durante horas, para después ver pasar a los ciclistas a la velocidad de la luz. Eso hace que sea muy importante saber hacerte un hueco entre la gente y saber donde debes colocarte para conseguir buenas fotos.

Descubrí un gran ambiente y un público volcado en el ciclismo. Los flamencos lo viven de forma festiva, familiar y cercana. Puede ver a familias enteras montar picnics con sillas y una tele para ver la carrera mientras esperaban el paso de los corredores. Y quien no tenía tele, podía ver la competición a través de pantallas gigantes; y quien no tenía provisiones, podía comprar comida en muchas de las paraditas montadas. Obviamente, nosotros no pudimos dejar pasar la ocasión de probar las típicas patatas fritas de una de las foodtrucks.

Una espectadora que conocimos nos iba informando de forma espontánea de lo que iría pasando durante el día. "Primero llega la carrera de la chicas", nos dijo. Me encantó ver pasar el pelotón femenino. De hecho, ahí pude hacer la foto de la que mejor recuerdo tengo: la de la ciclista Makhabbat Umutzhanova, del equipo Astana. Era la última, iba descolgada y la gente no paraba de animarla. Rápidamente busqué la posición, me acerqué hasta la carretera para ponerme a su altura, me agaché y le hice la foto.

Después fue el turno de la prueba masculina. Tras hacer unas fotos en un tramo de pavés, me situé en una recta que hay justo después del Oude Kwaremont. No habían adoquines pero era igualmente exigente ya que los corredores debían esforzarse más para recuperar posiciones y resituarse en carrera. Además, sabía que pasarían varias veces por allí y eso me permitía tener varias oportunidades para fotografiarlos. 

En algunas de las imágenes de los ciclistas, sus caras transmiten todo lo que han tenido que pasar hasta llegar hasta allí y todo lo que aun les falta. Ya no vemos el pavé, pero se intuye en esas muecas de esfuerzo. No tengo experiencia como fotógrafa de ciclismo, pero sí de personas. Cuando fotografío a alguien quiero entender lo que está pensando y lo que está sintiendo para poder ponerme en su lugar. Intento ir siempre un paso más allá, buscar el gesto, ese gesto.

En los conciertos siempre espero que haya ese momento en el que la persona deja de posar y de actuar para mostrar algo de debilidad que me permita llegar a su interior. Me gusta cuando bajan la guardia y puedo buscar dentro de la persona. Lo que descubrí en Flandes es que en el ciclismo a veces no se trata de ser el más fuerte, sino de experimentarlo. El esfuerzo que percibes en los corredores es tan grande que el protagonista ya no es el ciclista sino la propia carrera y el propio ciclismo. Ahí es donde está la esencia de todo.

Siempre he creído que la fotografía deportiva es una disciplina muy compleja y requiere de mucha experiencia, ya que su propia dinámica muchas veces no te permite tener segundas oportunidades. El año que viene volveré a Flandes para seguir descubriendo el mundo del ciclismo. La fotografía para mi es un refugio pero a la vez es un aventura y me gusta ponerme a prueba constantemente.

 

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Información práctica:

Participar en marchas cicloturistas es una buena manera de descubrir el espírtu del Tour de Flandes como la Ronde van Vlaanderen Cyclo, la Ronde van Vlaanderen Retro y la Ronde van Vlaanderen Summer Edition, que permiten recorrer los míticos tramos de pavé y los 'muurs'. Si se prefiere zonas más llanas, una buena alternativa es el area de Brujas y alrededores, donde existen múltiples carriles bici y carreteras secundarias que además forman parte de otras clásicas como los Tres Días de Brujas-La Panne. Hay muchas opciones para viajar a la Flandes oriental y occidental, como la que propone Bike Tour Experience.