En 1978, los Campos Elíseos de París asistieron a la coronación de un joven Bernard Hinault que, con tan solo veintintrés años, conseguía el primero de sus cinco triunfos en el Tour de Francia. Fue una contrarreloj de 72 kilómetros —una distancia muy inusual actualmente— entre las localidades de Metz y Nancy, al noroeste del país galo, la que comenzó a dibujar los primeros trazos de una victoria que se convertiría en un emblema del ciclismo francés y mundial por la manera en la que el ciclista marcó perfil. Era un corredor agresivo y combativo. También, tenía el verbo fácil y encendido y de su boca salieron frases que se han convertido en incónicas, como "tant que je respire, j’attaque" (Mientras respire, ataco), que transmiten un modo de correr que caracterizó toda su carrera deportiva.
Cuarenta y dos años después de aquel momento, la marca de ropa le coq sportif rinde homenaje a Hinault con una colección inspirada en ese lema y en los colores del equipo Renault.
"Siempre tuve esta determinación en mente: siempre y cuando no hayas cruzado la línea de meta, todo es posible. De ahí viene esa frase, y ha estado conmigo desde entonces", resalta el veterano corredor francés, al que todavía se le pregunta sobre la gesta de los cinco Tours. "La victoria es algo que llevas dentro, siempre quieres hacer más y más... ", declaró cuando lo entrevistaron en motivo del centenario de la ronda francesa. "Cuando vistes el maillot amarillo eres el mejor, el número uno del mundo. Quizás fui un bocazas en alguna ocasión pero hice cosas. Yo era el que estaba dispuesto a presentar batalla y haciendo eso los demás corredores del equipo y el personal podían ver que yo estaba allí para defenderlos a todos y que yo era el jefe".
Una forma de pensar que, sin duda, se ve reflejada en un palmarés enorme que le sitúa como el segundo ciclista más grande de todos los tiempos, según recoge el Salón de la Fama del Ciclismo de la UCI (2002), tan solo por detrás de Eddy Merckx. "Corro para ganar, no para complacer al personal", así se definía el propio Hinault ante los periodistas. Esa determinación como ciclista le llevó a ser uno de los siete ciclistas selectos que han logrado la victoria en las tres grandes vueltas: cinco Tour de Francia (1978, ’79, ’81, ’82 y ’85), tres Giro de Italia (1980, ’82 y ’85) y dos Vuelta a España (1978 y 1983). En ellas sumó un total de 41 triunfos de etapa, siendo la Grande Boucle la más laureada con 28 victorias parciales.
Además, el ciclista francés —también conocido como el Caimán o el Tejón— dejó su nombre marcado en monumentos como la Lieja-Bastogne-Lieja (1977 y 1980), París-Roubaix (1981) y el Giro de Lombardía (1979 y 1984), así como en clásicas como la Flecha-Valona, la Amstel Gold Race y la Gante-Wevelgem. También destaca el maillot arcoíris cosechado ante su público en la ciudad de Sallanches en 1980 y el reputado campeonato nacional francés en 1978.
El carácter —extremadamente contundente en algunas declaraciones— y la ambición de Bernard Hinault, junto con un estilo claramente combativo, le convirtieron en un ídolo y en uno de las grandes figuras del ciclismo. Con esa filosofía y esos valores le coq sportif ha diseñado una colección que va más allá de la simple celebración del ciclista, rememora la historia entre el campeón bretón y la marca, que ya le vistió durante su etapa como profesional. Además, la empresa francesa es la proveedora oficial de los maillots de todas las clasificaciones del Tour de Francia.
La colección Bernard Hinault, en la que se honra la pasión de el Tejón como corredor, se inspira en los colores emblemáticos negro y amarillo de su equipo de entonces, el Renault, en rayas diagonales y está formada por un maillot de tejido técnico, una camiseta blanca de algodón, una sudadera y una gorra. Un serie que rememora una época icónica de la historia del ciclismo moderno.
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