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La Vuelta 2024, etapa 13: Woods, Roglic y la catarsis

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Álvaro Rubio | 30 Aug 2024

La Vuelta 2024, etapa 13: Woods, Roglic y la catarsis

La Vuelta 2024, etapa 13: Woods, Roglic y la catarsis

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"Habrá que reducir la diferencia poco a poco, día a día”. El director deportivo del Red Bull-BORA, Patxi Vila, era claro con la estrategia a seguir para desbancar a Ben O’Connor. Y esa ha sido la hoja de ruta del equipo, manteniendo una sangre fría, por momentos hasta suicida, que permitió al esloveno salvar su mal día en Hazallanas y limar 1’33” en dos fogonazos en Cazorla (56”) y Mougás (37”). Sabe cuál es su terreno y lo explota como nadie. Sin embargo, Ancares ha sido un punto de inflexión que cambia la dinámica de La Vuelta. Roglič se confirma como el ciclista más fuerte de la carrera, por si había dudas.

El australiano Ben O’Connor ya siente el aliento del esloveno, que esta vez ha dado un importante golpe encima de la mesa. Y no solo con respecto al maillot rojo, sino con el resto de sus rivales más directos. “Estaba bastante fundido”, reconocía en meta un Ben O’Connor más pensativo que en otras ocasiones. El resultado: una pérdida de 1’54” que le sitúa al borde del precipicio con hasta cinco jornadas decisivas todavía por delante. El ciclismo son momentos, y mientras Roglič engrandecía su figura (y su confianza) en las rampas de Ancares, el balear Enric Mas pasaba el primer momento de crisis en esta edición.

Fotografía: Sprint Cycling

Mikel Landa fue el segundo mejor entre los hombres de la general y se sitúa a 19" del podio (Fotografía: Sprint Cycling)

El corredor de Movistar, que siempre mantuvo la cautela en sus declaraciones, había sido el único en estar junto al esloveno en todos los envites, incluso un paso por encima en Sierra Nevada. Ahora la sensación es que Roglič se ha liberado y ha encontrado esa velocidad crucero que le hace inalcanzable. Y aunque la realización ha puesto las cosas muy difíciles para seguir la carrera, sin diferencias en tiempo real, el ritmo atrancado de Mas —acompañado de Carapaz— ha permitido a un incombustible Mikel Landa y un creciente Carlos Rodríguez, invisibles en televisión, comprimir la lucha por el podio.

Las miradas perdidas de los ciclistas al límite en la cima reflejaban la dureza del puerto. Era un esfuerzo titánico individual en el que Michael Woods ha vuelto a dominar la montaña, como ya hiciera en el Monte Oiz en 2018 y en el Puy de Dôme el año pasado. El canadiense ha conseguido la victoria desde una fuga completamente ajena a los favoritos, en una solitaria batalla entre su cabeza y la carretera durante más de 4 km en los que, de nuevo, el poso de la veteranía y la experiencia fue clave.

Fotografía: Sprint Cycling

El del Israel-Premier Tech es un especialista en surcar con delicadeza los muros sostenidos por encima del 12% y se ha regalado un triunfo de prestigio a sus 37 años tras una temporada complicada. “Esto es un gran momento de catarsis. Iba creciendo la presión, y ahora, estoy en una nube”, decía orgulloso de ganar con el maillot de campeón nacional.