La etapa más larga de esta Vuelta ha terminado con un mano a mano entre dos de los hombres más rápidos que quedan en carrera, Kaden Groves y Wout Van Aert. No era lo esperable en una de esas jornadas de perfil ondulado —bastante, con 2.900 m de desnivel acumulados— en las que la fuga tenía muchas oportunidades de llegar. Mañana domingo, con el Cuitu Negru como gran dificultad montañosa, había que guardar fuerzas. El guion era que hubiera una posición algo conservadora de los equipos que se juegan la general, pero... el Visma Lease a Bike tenía otros planes. De momento parece que se ha olvidado de ese top 10. Sin embargo tiene un tesoro que tiene que cuidar: su hombre en racha, su ciclista total, Van Aert. ¿Que la etapa tiene un puerto de primera a 17 km de la meta? Nada, nada, la maquina amarilla lo allana para el actual portador del maillot verde y de la montaña. Todo sea para que el belga consiga la victoria número cincuenta de su carrera y siga recuperando su mejor versión.
Así pues, el empuje y control del equipo neerlandés ha sido el que ha aguado la fiesta a la escapada del día, un grupo de seis entre los que se encontraban algunos habituales: Victor Campenaerts (Lotto Dstny), Isaac Del Toro (UAE Team Emirates), Jhonatan Narváez (Ineos Grenadiers), Xandro Meurisse (Alpecin-Deceuninck), Marco Frigo (Israel-Premier Tech) y Harold Tejada (Astana-Qazaqstan). Han tenido tan solo 2 minutos de ventaja máxima y han llegado ese último puerto del día, Puerto de Leitariegos, (1ª), de 22 kilómetros de longitud, con un escaso minuto. Ahí es donde el ecuatoriano del INEOS ha intentado irse en solitario, pero el treno del Visma lo ha anulado.
Pero, de nuevo, ¿era un puerto que los esprinters podían superar con facilidad? “Pues dependerá de cómo vayan los favoritos en ese punto, de si es una ascensión controlada o no”, comentaba Pavel Bittner, del dsm-firmenich en la salida, muy acertadamente. El checo era uno de los hombres que podría haber sido candidato al triunfo, aunque no ha conseguido meterse en la pomada a pesar del trabajo de su equipo en los kilómetros finales. Eso sí, ha superado bien el puerto.
“El puerto se podía hacer bastante bien a rueda —ha confesado posteriormente Kadel Groves, vencedor de etapa—. Quizás habría sido un poco duro si hubieran empezado a atacar, pero por suerte Visma ha impuesto un ritmo que no ha permitido que nadie atacase y mis compañeros también han coronado conmigo para poder controlar el final”. Y cuando se ha superado el puerto, el descenso se ha convertido en una lucha de trenos, en la que el Alpecin ha dominado y ha sabido colocar muy bien al australiano. El Visma ahí ya había desaparecido, pero el trabajo ya estaba hecho: habían conseguido controlar la carrera para ofrecerle la oportunidad a Van Aert, soldado ya a la rueda de los Alpecin. Finalmente Groves ha sido el más rápido en un esprint en el que, atención, Pau Miquel (Kern Pharma) ha vuelto a ser cuarto.