Ha sido un día frío y lluvioso en Asturias en la última semana de La Vuelta 2024. Una jornada marcada por el cielo encapotado, la humedad y ese olor tan característico que desprende el asfalto mojado. Y en la cima de Lagos de Covadonga, en ese paraje natural repleto de miradores convertido en santuario para ciclistas, la densa niebla se ha posado para darle un toque todavía más épico. Entre el espesor de las nubes bajas ha aparecido un Marc Soler exultante para conseguir la victoria que tanto había perseguido. “Han sido muchas veces al palo”, comentaba el catalán tras resolver con éxito su enésima fuga.
El de UAE no es el más ortodoxo escogiendo su estrategia, pero pocos en el pelotón demuestran su empeño, coraje y determinación, Cuenta con un motor privilegiado y sabe exprimirlo incluso por encima del límite. No ha comenzado la ascensión en cabeza, como de costumbre, pero quizá esta vez tirando de sangre fría y experiencia. No quería cebarse y ha puesto un ritmo con el que poco a poco ha recuperado terreno hasta alcanzar a Filippo Zana (Jayco-AlUla) y Max Poole (DSM). “Sabía que tenía uno o dos ataques”, explicaba. Ha sido en el segundo, tras la parte más dura de La Huesera, cuando ha construido una diferencia que ya no ha soltado hasta meta.
Dieciocho ciclistas han conformado la escapada del día (Fotografía: Toni Baixauli / Cxcling)
Es su tercera victoria en La Vuelta tras Lekunberri en 2020 y Bilbao en 2022, pero el escenario y el relato hacen que sea la más importante. Un ciclista generoso en el esfuerzo que le convierten en un incordio en una escapada y uno de esos gregarios que todos querrían en su equipo. “Yeah! Always the helper! (siempre el ayudante)”, exclamaba Jay Vine mientras felicitaba a su compañero. De hecho, el propio Marc Soler ponía el foco en ayudar a Vine a conseguir el maillot de la montaña en los micrófonos de Catalunya Ràdio.
El australiano es ahora el líder de esta clasificación tras el doloroso abandono de Wout van Aert que nos ha dejado helados. El belga había encontrado en La Vuelta un oasis en una temporada complicada. Un espacio para moverse sin ataduras, disfrutar en las fugas y agrandar su palmarés. Pero una fuerte caída, la segunda del día, en el descenso de Collada Llomena le ha obligado a poner pie a tierra con la rodilla ensangrentada y un rostro entre la conmoción y el desaliento. Un golpe, otro más, difícil de asimilar. “Es una manera terrible de vestir de verde”, reconocía Kaden Groves.
Fotografía: Toni Baixauli / Cxcling)
Fotografía: Getty Images
Ha sido en este puerto previo a Lagos donde ha comenzado la batalla efímera por la general con el ataque de un combativo Enric Mas y la réplica de Mikel Landa. Ambos insistieron de nuevo en Lagos, pero Roglič, contemporizando lejos de su mejor versión, y Carapaz, han aguantado. Y por detrás, O’Connor se medía a sí mismo para mantener el liderato por tan solo 5”. Pocos acaban contentos y la carrera sigue al rojo vivo.