La Vuelta 2024, etapa 18: Un fallo en el sistema

Suele decirse que las grandes vueltas se ganan en los días malos. Mikel Landa sabía que no ganaría esta Vuelta, pero sí que estaba disfrutando de la posibilidad de su victoria particular: hacer podio o acercarse lo máximo a él después de haber quedado cuarto en el pasado Tour de Francia. También suele pasar que ese día malo, ese fallo en el sistema, se intenta disimular lo máximo posible para dar las menores pistas a tus rivales. Y eso suele pasar por tener cerca siempre a compañeros que te arropen y te lleven a rueda. Pues ese día malo llegó para Landa y, además, lo vio todo el mundo de manera injustamente evidente.

El de Murguía se quedó rezagado en Puerto Herrera (Foto: Getty)

El alavés se quedo descolgado en Puerto Herrada (1ª), una dificultad montañosa dura y complicada que no debería haber supuesto cambios en la clasificación general por estar lejos de meta. Precisamente, el mismo Landa, en la salida vaticinaba que sería “un día tranquilo para recuperar antes de la traca final —declaraba en los micrófonos de RTVE—. Herrera es un puerto durísimo, pero está en mitad de carrera y no creo que pase nada”. Lo que no preveía Landa era que tendría su mal día quedaría tan expuesto. El landismo, esa fuerza superior autónoma y mágica incontrolable, hasta ahora se había comportado favorablemente, pero nadie pensaba que en un día tan señalado, en tierras vascas, sufriría un cortocircuito y no le permitiría responder a los ataques de los favoritos donde nadie pensaba que pasaría nada. Ahí también está el acierto del EF Education, con Richard Carapaz a la cabeza, que han movido el árbol precisamente en Herrada. A ver qué pasaba. Sus cambios de ritmo han cortado a corredores como Ben O’Connor y Landa, que a diferencia del australiano, no ha podido conectar en el descenso.

En la etapa por tierras alavesas en pelotón se rompió en mil pedazos (Foto: Naike Ereñozaga / Cxcycling)

Ahí es donde ha empezado el calvario para el del Soudal, que, en ese momento, no tenía compañeros que lo arroparan y ha tenido que remontar en solitario sin que nadie del grupo de corredores que también se habían quedado le diera ni un solo relevo. ¿Y sus compañeros de equipo? Por delante, en un grupo intermedio, iban Mauri Vansevenant y Casper Pedersen, y, en el grupo delantero, la fuga buena, Mattia Cattaneo. Sin embargo, el equipo tardó muchos minutos en hacerlos parar para ayudar a Landa. Incluso, ante la situación desesperada, obligaron a Cattaneo a descolgarse incomprensiblemente cuando el italiano tenía más opciones de ganar la etapa que de ayudar a Landa. Al final, 3’20” perdidos sobre sus rivales.

Mientras camino de Maetzu se estaba gestando el drama en Soudal, en la meta, hacía 10 minutos que el Kern Pharma celebraba su tercera victoria de etapa, esta vez con Urko Berrade como protagonista. “Me lo dicen y no me lo creo”, se sinceraba Pablo Oroz, director general del equipo navarro, en meta, muy emocionado y contento. “Voy a seguir luchando por los chavales, porque se lo merecen”. Sin duda la campaña del Kern Pharma es otro fallo del sistema, en este caso del World Tour, pero en positivo.