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Palmas para el ciclismo

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Pablo Arbeláez Restrepo | 15 Feb 2019

Palmas para el ciclismo

Palmas para el ciclismo

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Para Santiago Botero ha sido como un santuario del pedal. Rigoberto Urán lo ha visto como parte del hábitat natural de sus entrenamientos, en tanto que miles de ciclistas de Medellín lo asumen como el reto matinal, nocturno o de los fines de semana. Es el Alto de Las Palmas, uno de los siete cerros guardianes que rodean el Valle de Aburrá, el camino al segundo piso de la capital de la Montaña, que se ha convertido en referente del deporte de las bielas paisa y en un lugar por redescubrir para el ciclismo del planeta, con motivo del Tour Colombia 2.1. Allí habrá espacio para la sentencia, donde seguramente se discutirá la batalla final, rica en emociones y ante una expectante multitud.

Esta será la sexta y última etapa del Tour Colombia 2.1. Se espera que el Alto de Las Palmas dicte sentencia / Rigoberto Urán entrena por muchas vías del departamento de Antioquia. Aquí practica en Santa Elena, pero una de sus preferidas es la del Alto de Las Palmas. Foto cortesía.

En un repaso por la historia del simbólico lugar vinculado al ciclismo antioqueño, Santiago Botero, campeón mundial de la contrarreloj en 2002 (Zolder, Bélgica) y ganador de la montaña del Tour de Francia del año 2000, en sus épocas del Kelme, T-Mobile, Phonak, Orbitel y del Orgullo Paisa, comentó, y con acierto, que él era parte del paisaje de esta vía que muestra frondosos pinos y lujosas casas enclavadas en sus pendientes. El rubio corredor entrenaba de forma frecuente en estas rampas que lo hacían más fuerte. Era su espacio natural, escenario en el que incluso sufrió un accidente al inicio de su carrera deportiva y el lugar en donde empezó a vislumbrar su título en la Vuelta a Colombia 2007, cuando el venezolano Manuel “el Gato Medina” ganó el premio de primera categoría. El ascenso a esta cumbre, instalada a 2.487 metros sobre el nivel del mar, tiene 15,6 kilómetros de escalada.

Santiago Botero es uno de los emblemas del ascenso al Alto de Las Palmas. Aquí aparece en el durísimo Alto de El Escobero, en compañía de los hinchas paisas. Foto cortesía Luis Enrique Barbosa

Antes de que el Alto de Las Palmas se convirtiera en el nuevo referente de los pedalistas de la región, un vecino no tan distante, el Alto de Santa Elena, con sus 138 curvas y la compañía de un viento suave que trae el olor de la montaña, era el reto a vencer. En él, como mito y parte de la leyenda, se evidenció la supremacía de corredores del pasado, como lo fueron Conrado Tito Gallo, Pedro Nel Gil, Ramón Hoyos y Hernán Medina, quien ostentó el récord y su supremacía por varios años, con un guarismo de 46.45, cuando se salía de la carrera Junín con La Playa. Hasta que llegó el Ñato Javier Suárez con su bicicleta de 11 kilos de peso y mejoró el registro con 45.51, manteniéndolo por espacio de dos años. Luego, el morocho y ágil Héctor Emilio Cataño se hizo a la marca, que después fue superada, entre otros, por Lucho Herrera, Oliverio Rincón y Jair Bernal. Pero las brumas del tiempo, la inseguridad que acosó a los practicantes y algunos daños en la carretera, fueron argumentos que obligaron al cambio de territorio.

Los esfuerzos de la escalada y los herederos de sudores se trasladaron a una cima muy cercana, que como una especie de balcón mostraba, desde lo más alto, un nutrido número de grandes palmas. Rigoberto Urán también la adoptó, para hacer de ella uno de sus sitios predilectos y “alimento para el espíritu”. En esta importante vía del Alto de Las Palmas, 'Rigo' siente el fervor popular de decenas de conductores que diariamente suben por allí y lo animan con pitos o con voces de aliento hasta el final de sus prácticas. Con esto, el líder del Education First, puede llegar dichoso a su casa tras el duro trabajo, por cuanto él vive pocos kilómetros después del remate del ascenso, en medio del frío y la neblina que, en épocas invernales, suele aparecer.

El Alto de Las Palmas sirve de escenario para diversas competencias deportivas. Esta, por ejemplo, corresponde al ciclismo de la 12 K-Palmas . Foto Gabriel Buitrago

Para fortuna de la reseña que trae de vuelta la memoria, se hace vigente el testimonio de Javier el Ñato Suárez, contemporáneo del campeón mundial Martín Emilio Cochise Rodríguez, y campeón de la Vuelta a Colombia de 1965, a quien apodaron el Escalador de las Américas. El Ñato, quien a sus 75 años, trepa el lomo de esta subida por lo menos una vez a la semana, recuerda que la actual vía de Las Palmas se estrenó para el ciclismo en 1973, con motivo de una Vuelta a Antioquia. “Años más tarde de haber hecho el pedazo que conectaba con El Seminario, se le construyó la doble vía, con lo que la pendiente quedó más inclinada”, resalta el escalador Suárez, uno de los máximos ídolos de los seguidores del ciclismo en Colombia que está inscrito en la lista de los diez mejores escarabajos de la historia del país.

Javier el Ñato Suárez, 75 años, y campeón de la Vuelta a Colombia de 1965, sube una vez a la semana por allí. Foto Gabriel Buitrago

Hoy, la subida al Alto de Las Palmas es una cita obligada, de día y de noche, para los practicantes del deporte de las bielas. Esto dio pie a que el Instituto de Deportes y Recreación de Medellín, Inder, convirtiera la ruta en una VAS (Vías Activas Saludables) que en cifras del ente, en el mes de noviembre del año pasado, tuvo 5.278 alternantes, entre domingos y días festivos.

Otro de los que tiene una “relación amistosa” con esta trepada es Óscar Sevilla, líder del Team Medellín, cuadro apoyado por el Inder y la Alcaldía de la capital del departamento de Antioquia, quien cuenta que esta montaña guarda una condición emblemática, porque presenta su reto y se ha convertido en un sitio importante para el ciclismo tricolor. El pedalista ibérico la considera como su aliada: “tengo química con ella, por ahí entreno cuando vengo aquí; siempre me ha ido bien, por cuanto allí ajusté el triplete de la Vuelta a Colombia en el 2015”. El nacido en Ossa de Montiel coincide con el criterio de quienes enfrentan esta carretera que es compartida, en su geografía, por los municipios de Medellín y Envigado, toda vez que se disfruta del paisaje y de lo entretenida que es cuando se monta en bicicleta.

El Team Medellín rodea a su líder Óscar Sevilla, otro de los principales protagonistas del Tour Colombia 2.1. Foto cortesía Inder de Medellín

Palmas, para dicha del ciclismo, es una subida de esas que va minando fuerzas de manera paulatina, con sus rampas más empinadas que poseen una inclinación, entre el ocho y el 12 por ciento. Los escaladores élites pueden hacerla entre 37.5 y 39 minutos desde su base en la glorieta de San Diego. Este es un recorrido que, en su historial, cuenta con un listado no tan frondoso de ganadores entre quienes se cuentan Lucho Herrera, el venezolano Manuel “el Gato” Medina, José Jaime Chepe González, Álvaro Gómez, el colombo español Óscar Sevilla y Fabio Duarte.

Solos o acompañados, los ciclistas competitivos y recreativos comparten la escalada al Alto de Las Palmas. Medellín se aprecia en todo su esplendor desde este balcón en una prueba 12-K, con el paso de Róbinson Chalapud. Foto Gabriel Buitrago

Se trata de un desafío que siempre está ahí, listo para ser abordado por los ciclistas de la región y los visitantes. Incluso Karol Torres, quien después de afrontarlo en calidad de corredor élite, lo ha realizado en moto, acompañando a Rigoberto Urán y a otros ruteros venidos desde cualquier parte del mundo, entre ellos, recreativos o élites, de la talla de Chris Froome, cuádruple campeón de Tour de Francia. Karol, el hijo del Quesitero -recordado ciclista senior máster fallecido en una competencia local-, detalla que son dos los tramos más duros: el de la Colegiatura hasta el primer mirador, donde los enamorados van a divisar a Medellín, y el de la salida de la Loma de Los Balsos hasta el CAI (Centro de Atención Inmediata) de la Policía.

El Alto de Las Palmas, una cumbre desde la que se divisa todo el Valle de Aburrá, aquella que hicieron famosa Cochise, Suárez, Urán y Botero, será visitada, a manera de peregrinación, por una bulliciosa romería de devotos durante el Tour Colombia 2.1, para gozar con la fiesta del pedal.

Óscar Sevilla goza de admiración y aprecio por parte de la fanaticada ciclista de Antioquia. Foto cortesía Inder de Medellín

Sevilla y Duarte son las referencias

La escalada al Alto de Las Palmas presenta dos récords vigentes, de acuerdo con los datos de Jhon Fredy Valencia de www.nuestrociclismo.com En la Vuelta a Colombia de 2015, Óscar Sevilla (EPM-Tigo-Une), hizo una contrarreloj individual, entre el Edificio Inteligente de EPM y el colegio Columbus School, en 39 minutos y 58 segundos, para un trazado de 17,5 kilómetros.

El otro tiempo faro, en una prueba local, La Cronoescalada disputada en grupo, lo realizó Fabio Duarte (EPM-Tigo-Une) sobre un trayecto de 17,5 kilómetros, corridos en el 2016, entre el Edificio Inteligente de EPM y el colegio Columbus School, con tiempo de 39 minutos y 45 segundos.

Óscar Sevilla y el Team Medellín, en vías de entrenamiento por Las Palmas. Foto cortesía Inder de Medellín