"Si hubiera podido hacerlo antes, lo hubiera hecho en la edad legal más temprana posible". Hace tres años, Philippa York dio un paso adelante y recuperó parte de su faceta como personaje público cuando se incorpora como comentarista técnica de ciclismo en la cadena privada británica Itv para cubrir el Tour de Francia. “El principio de esta nueva era para mí empezó cuando Ned Boulting me pidió que participara como invitada en las retransmisiones del Tour. Y pensé, claro, quizás sí. ¿Por qué no?—cuenta York en este artículo para Rouleur, donde es columnista habitual—. Todos me decían que todo iría bien, muy bien”.
Con este gesto rompía quince años alejada de los focos mediáticos en los que buscó la privacidad necesaria para hacer algo importante: darse tiempo para afianzar el cambio de pasar a ser Robert Millar, uno de los mejores ciclistas británicos de todos los tiempos —coetáneo de Delgado, Fignon, Lejarreta, LeMond, Kelly... entre 1980 y 1995—, a ser Pippa York. "Cuando hice la transición, eso afecta a todo el mundo que te rodea. También necesitaba proteger a mi familia y a mis amigos de todo esto y darles tiempo a ellos también para aceptar la nueva situación. De algún modo estaban perdiendo a una persona en sus vidas, Robert, pero estaban ganando una nueva", declararía en una entrevista en el talk show matinal Lorraine un año más tarde. En ese mismo programa le preguntaron si cree que el cambio de sexo lo hubiera podido hacer antes. “No, hacerlo en los años ochenta o noventa hubiera sido imposible. Entonces había muchos problemas con el hecho de ser gay y con la sexualidad. Hoy en día todos nos estamos poniendo al día con temas relacionados con el mundo trans, pero también diría que los trans estamos hoy como los gays estaban en los años ochenta”. Y concluye: “es ahora cuando siento que puedo hablar libremente sobre esto”.
Después de comentar aquel primer Tour de 2017, York tardó algunos meses en conceder las primeras entrevistas para contar su caso, responder muchas preguntas sobre todo ese proceso y para mostrar al mundo su nuevo yo. Ahora era Philippa, estaba feliz, y, además, seguía siendo una voz totalmente autorizada para hablar de ciclismo. Su palmarés la sigue atesorando: 3 etapas en el Tour de Francia y una clasificación de la montaña en 1984, 1 etapa en el Giro d’Italia y la clasificación de la montaña de 1987, y 1 etapa en la Vuelta a España, entre muchos otros logros.
Robert Millar consiguió ser coronado como Rey de la montaña en el Tour de Francia de 1984, el mismo año en el que Laurent Fignon se llevó la general (Foto: Presse Sports)
Ella tenía claro quién era y como Philippa podía convivir con su pasado como Robert, pero a la vez sentía inseguridad sobre cómo sería la reacción de la gente y de los otros periodistas en un mundo, el del deporte profesional, nada habituado a que los deportistas expresen libremente quienes son a esos niveles. Cuando era profesional, su actitud siempre había sido la de alguien muy reservado y algo misterioso, precisamente para protegerse y para proteger a su familia (su hija sufrió bullying en el colegio cuando empezaron a haber rumores sobre su sexualidad). Sin embargo, la escocesa se mostró sorprendida cuando la reacción a su reaparición fue tremendamente positiva. “Tu reputación puede ser útil cuando menos lo esperas y como soy una leyenda del ciclismo algo incómoda, nadie se atreve a plantear ciertas preguntas. Pero llegados a este punto, diré que en mi calidad de personaje reformado, que ya no soy ninguna leyenda, a pesar de que hay tazas por ahí con el nombre de Robert. Me preguno qué pasará con todo eso. ¿Se convertirán en piezas de coleccionismo? ¿Y con todas las fotos que firmé en su día? ¿Alguien me pedirá que las actualice?—se pregunta—. A lo mejor se les puede poner un poco de pintalabios encima. Nadie se dará cuenta…”
En este pequeño documental de la Comisión por la Igualdad y los Derechos Humanos del Reino Unido que compartimos, la escocesa pregunta a un aficionado: "¿te ha resultado un reto enfrentarte al cambio de sexo por el que he pasado?" Una pregunta muy pertinente que podría extenderse a toda la gran familia del ciclismo profesional: ciclistas, directores de carreras, espónsores, seguidores, ciclistas, técnicos, periodistas... ¿Cómo hemos asumido que Robert Millar siempre ha sido una mujer? Suscribimos la respuesta del chico: "no me costado aceptarlo, porque las cosas han cambiado mucho en los últimos diez o quince años. Y creo que lo que has hecho es muy valiente".