Decía Biniam Girmay que había trabajado últimamente sus prestaciones como esprinter en el llano y los resultados son más que evidentes en este Tour de Francia. El eritreo del Intermarche-Wanty ha sumado en la etapa terminada en Villeneuve-sur-Lot su tercera victoria en esta edición, en la que, además, parece que tiene ya vía directa para conseguir el maillot verde de la regularidad. A Girmay se le ve radiante, disfrutando de la confianza de saber que puede disputar de tu a tu a otros grandes nombres del esprint: Philipsen, Démare, Cavendish, Pascal Ackerman… y también contra otros nombres rápidos del pelotón, como Wout Van Aert, que ha se ha escabullido en un sprint muy desordenado y ha terminado segundo de la etapa.
La victoria de Girmay ha provocado un nuevo terremoto en forma de fiesta en las calles de Asmara, capital de Eritrea, y ha hecho que el ciclista se haya reafirmado en el camino elegido. "Si estoy bien colocado, ahora sé que puedo ganar el esprint i a partir de ahora estaré 100% centrado en eso", aseguraba en la entrevista antes del podio.
Volvamos al esprint. El motivo del desorden con el que se ha sucedido hay que buscarlo en una montonera anterior a 10 km de meta que ha afectado a parte del treno del Alpecin —entre ellos, Mathieu van der Poel— y otros corredores. Entre ellos, Primoz Roglic, que se ha ido al suelo y ya no ha podido volver a reengancharse al pelotón, que a esas alturas de la etapa iba a toda velocidad. Ha perdido 2’ 27” y se ha visto relegado a la sexta posición de la general. “Los últimos kilómetros han sido muy nerviosos y poco complicados, porque había muchas isletas en medio de la carretera. Algunas creo que deberían haberse señalizado mejor”, declaraba Wout Van Aert, excompañero de Roglic. “Me sabe muy mal por él, porque ha tenido muy mala suerte también en el pasado igual”. Precisamente una mediana ha sido la que ha causado la caída de Alexey Lutksenko, del Astana, que como en un juego de dominó, se ha llevado por delante a muchos ciclistas.
Como era de esperar, no ha faltado el tuit de Adam Hansen (actual presidente de la Asociación Profesional de Ciclistas) al respecto, que también ha elogiado a ASO (la empresa organizadora del Tour) por algunas de las medidas bastante radicales usadas en esta edición, como cortar y asfaltar rotondas en favor de la seguridad de los corredores. Y es que cuando una caída provoca tal desbarajuste, se suceden las preguntas: ¿estaba Roglic mal colocado en ese momento? ¿Ha sido otra vez mala suerte? ¿Hay que revisar la señalización? Sea como sea, mientras escribimos estas líneas, se confirma que el esloveno del Red Bull Bora, afortunadamente, no presenta ninguna fractura, pero el equipo esperará a mañana para decidir si sigue en carrera y cómo afronta lo que queda de Tour. Mientras, en Eritrea siguen celebrando como si no hubiera mañana la tercera victoria de su nuevo héroe nacional entonando cánticos y canciones. La cara y la cruz.