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Tour de Francia 2024: Cavendish ya es historia del Tour

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Isaac Vilalta | 03 Jul 2024

Tour de Francia 2024: Cavendish ya es historia del Tour

Tour de Francia 2024: Cavendish ya es historia del Tour

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Es difícil describir cómo pasan los metros más rápidos que existen en el ciclismo en ruta. Dentro de la cabeza de los esprinters avanzan diferentes películas que hay que rebobinar constantemente para escoger un final diferente. Y ese final, no llega. Mark Cavendish ha completado un esprint majestuoso para entrar en el libro de la historia del Tour de Francia. Ha conseguido su victoria de etapa número 35 en la carrera francesa, dejando atrás la marca de Eddy Merckx. Lo ha logrado en Saint-Vulbas, en la quinta jornada del Tour de Francia 2024. 

En un esprint todo empieza mucho antes. Pongamos que a 20 kilómetros de la línea de meta. Hay que comer, coger las fuerzas extras necesarias, empezar a situarse bien. Los esprinters ahí permanecen tan escondidos como es posible; es trabajo de sus compañeros protegerles, llevarlos hacia arriba, construir el treno e intentar que no se desorganice. Los codos y los hombros empiezan a formar parte de la artillería ligera de todos los equipos y se viven situaciones poco habituales, como ver el Astana rodando en punta en paralelo al UAE, o el Lotto-Dstny colándose entre el Visma y el Ineos.

La realización televisiva tiene muchos nombres en que fijarse, pero hay uno que en todo momento ha estado ahí. Mark Cavendish, especialmente atento, muy bien colocado, con su equipo concentrado mientras se devoran los kilómetros hasta la flamme rouge. Quedan 1.000 metros y Cav sigue ahí. A 750 m tiene a 13 corredores por delante, uno de ellos su compañero Michael Morkov. Cavendish avanza, se toca con la espalda derecha con Phil Bauhaus quién, al mismo tiempo, choca ligeramente con Fernando Gaviria. Como consecuencia de estas inercias, Cavendish se abre ligeramente a la parte derecha de la calzada.

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A 550 m, Morkov se aparta. Es un todos contra todos, están los mejores del mundo. A 450 m, Cavendish se abre más a la derecha para buscar el cambio de ritmo definitivo. Está muy cerrado, a medio metro de las vallas, busca la rueda de Jasper Philipsen. Por delante todavía tiene a siete corredores, a los que hay que sumar tres más que han avanzado por el flanco izquierdo. En este momento, cunde ligeramente el pánico ya que Cav tiene que soltar un poquito el pedal y, a toda velocidad y por su izquierda, le pasan algunos rivales. Y ahí el tiempo se para y suceden dos cosas: Cavendish ve un hueco en la parte central y, además, decide que la rueda de Philipsen ya no es la buena.

Pasan milésimas de segundo y el tiempo vuelve a avanzar. El británico ha cogido una buena velocidad, siempre agarrado en la parte de abajo del manillar. Delante suyo, Mads Pedersen dimite, pero Cavendish le sortea con facilidad. Su trazada, ligeramente en diagonal buscando un agujero, no es ilegal, no perjudica a nadie. Todavía hay seis aspirantes claros, otros ya han levantado el pie, los lanzadores se han apartado. El esprint se hace largo pero la gloria espera.

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Ryan Gibbons toma la delantera seguido por Pascal Ackerman, Marijn Van den Berg y Arnaud Démare. Detrás de ellos, Cavendish. Concentrado, determinado, con más punta de velocidad, pronto los avanza y se abre a la derecha. Por detrás hay una caída. Por delante, Cav lo tiene hecho. A su rueda, Philipsen remonta, sin suficiente fuerza para rebasarlo. Por el otro extremo, Jakobsen intenta reaccionar, pero tampoco llega. Nadie le puede discutir la victoria. Cruza la línea de meta, levanta los brazos. Ha ganado. Ha superado a Merckx. El resto es historia.