Cuando ha cruzado la meta Blanka Vas no sabía si reír, gritar o beberse la lata de Fanta que su auxiliar le había puesto en la mano. A los pocos segundos, cuando ha llegado a su altura su compañera de equipo Lorena Wiebes, ha sido capaz de pronunciar: “He ganado. ¡Sí, he ganado!”. Vas parecía entonces que empezaba a darse cuenta de lo que había conseguido. Precisamente, una conversación durante la carrera con la velocista neerlandesa ha sido, como contaría más tarde, uno de los puntos de inflexión para la corredora húngara: “Durante toda la etapa no me sentido nada bien, así que no me esperaba que pudiera ganar, pero Lorena me ha dicho que creyera en mí misma y eso me ha ayudado muchísimo”. La providencia ha querido que justamente ese empujoncito moral haya venido de una corredora a la que las cosas no le están saliendo como ella esperaba en este Tour.
Vas, a quien el mundo conoció hace tan solo una semana gracias a su espectacular actuación en la prueba en linea de los Juegos Olímpicos de París, con un mano a mano en una fuga larguísima con Marianne Vos, se quitaba así la espinita de no haber podido conseguido medalla. Aquel día, quedó cuarta, detrás de Vos, Lotte Kopecky y Kristen Faulkner, la vencedora final. Casualmente, Faulker también ha sido protagonista en los últimos kilómetros de la etapa de hoy, otra mini clásica con sabor a Ardenas, muy nerviosa y disputada. Sin embargo, esta vez, Vas no ha perdido de vista la rueda de la americana. Tenía la lección aprendida. “No podía dejarla escapar y cometer el mismo error. He sufrido mucho, pero sabía que si llegaba viva al último repecho, tendría opciones de ganar”, ha asegurado. Dicho y hecho: ha conseguido aguantar tanto a Faulkner como a Liane Lippert (Movistar), que ha lanzado el esprint desde muy lejos y se ha quedado sin fuelle en los últimos metros. Entonces Vas (primera) y Niewiadoma (segunda), la han superado y se han jugado la victoria. La del Canyon//Sram es la nueva líder de la general.
Lo que no sabían entonces ni la polaca ni la húngara es que por detrás se estaba viviendo una película totalmente opuesta: una numerosa caída a falta de 6,5 km a meta había roto el pelotón y entre las damnificadas estaba Demi Vollering, compañera de equipo de Vas. “No sabía que Demi había tenido una caída, porque la radio no me funcionaba y ahora que sé que hemos perdido el amarillo tengo sentimientos encontrados —confesaba Vas con cierta tristeza en la entrevista previa al podio—. Estoy feliz por la victoria, pero también me siento mal”. Vollering entrado a 1’ 47’’, una diferencia que empieza a ser considerable, aunque no insuperable para una corredora capaz de crear grandes diferencias en la montaña.
“No me ha gustado conseguir el amarillo de este modo —le ha dicho Niewiadoma a Vollering mientras hacían rodillo tras la etapa —. Espero que podamos competir y que haya batalla en las próximas semanas”. Vollering asentía con la mirada algo perdida, como si ya estubiera dando forma a la revancha. Habrá batalla.