“Por fin ha llegado una victoria francesa en el Tour de Francia”. Era el mantra que durante la tarde del viernes ha se ha repetido en todos los canales de los medios de comunicación, especialmente nos galos. Hasta la misma ganadora, Cédrine Kerbaol, se lo repetía a ella misma: “¡Sí, he conseguido la primera victoria francesa en el Tour! Es muy fuerte”, comentaba ante la prensa casi como para terminar de creerselo. Hasta Marionne Rousse, directora del Tour, le dio un gran abrazo justo después de bajar del podio. Hay algo casi paternalista del Tour hacia sus corredores franceses que el ciclismo femenino ha adaptado de forma natural en esta últimas tres ediciones del Tour femenino y las ciclistas se dejan abrazar por ello, a pesar de que eso les pueda provocar una presión extra. Eso sí, cuando los astros se alinean, el resultado es como descorchar una botella de champagne.
Kerbaol había planeado muy bien la etapa. Sabía donde tenía que atacar y saber esperar la oportunidad. “Tenía que ser paciente. Cunando Juliette Labous atacó en la subida de la Côte des Fins, la última del día, sabía que tenía que aguantar ahí porque luego vendría el descenso, que ya me lo conocía. Y en el descenso he podido tomar esa distancia y mantenerla hasta el final. Debo reconocer que he disfrutado mucho de la bajada”, confesaba tras la etapa. Tanto Labous como Kerbaol eran integrantes de un escueto pelotón que pocos kilómetros antes había conseguido neutralizar la escapa del día, muy numerosa, con hasta dieciocho corredoras de mucha calidad: Cordon-Ragot, Vos, Van Empel, Brown, De Wilde... Era día con terreno de media motaña para las fugas.
Esta victoria, tejida con maestría por una corredora que el año pasado ya ganó la clasificación del maillot blanco, llega en un momento trascendental para la clasificación general y con las dos etapas alpinas por delante, con Demi Vollerin aa 1'19'' del amarillo y con Kasia Niewiadoma mostrándose muy sólida en su nueva posición de líder. Y con muchas corredoras que no pensaban que podrían estar tan cerca del liderato. Kabrol se sitúa ahora segunda en la general, a tan solo 16'' Niewiadoma. Es una situación que para nada habían contemplado desde el CERATIZIT. “Veníamos a este Tour con la intención de ganar una etapa y sin pensar en la general, pero ahora que ya tenemos esta victoria, vamos a ver hasta donde podemos llegar con Cédrine”, comentaba Dirk Baldinger. El director alemán, que había sido corredor en aquel Team Telekom de Jan Ulirch, rebosaba de felicidad y no paraba de recibir felitaciones. Entre ellas la de Eric Zabel, ahora trabajando en funciones de mediador entre Canyon y el equipo Canyon//Sram, compañero precisamente de Baldinger en el equipo alemán.
“Cédrine es una corredora con mucha proyección, tiene la cabeza muy bien amueblada, y aunque es joven, sabe escuchar muy bien, sigue la tácticas de equipo. Hoy teníamos marcado dónde atacar y el plan ha salido a la perfección”, aseguraba. Y concluía: “¿El futuro de Cédrine? Sin duda va a ser una ciclista para luchar por la general”.