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Vía Turín. Etapa 18: Muggiò - Pinerolo

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Borja Barbesà | 25 May 2016

Vía Turín. Etapa 18: Muggiò - Pinerolo

Vía Turín. Etapa 18: Muggiò - Pinerolo

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Etapa larga, muy llana en sus primeros tres cuartos, pero con un bucle final complicado que obligará a los hombres de la general a responder en primera persona. La subida y bajada a Pramartino está emparedada entre dos pasos por la Via Principi D’Acaja, muy corta, pero adoquinada y con rampas que alcanzan el 20%. La segunda vez que se afronte, restarán solamente dos kilómetros para meta.

Apuesta conservadora: Alejandro Valverde
Apuesta arriesgada: Moreno Moser

Una llegada a Pinerolo es sinónimo de etapa con sustancia. Tenemos referencias recientes, es un final que en los últimos años ya hemos visto. La última vez que el Giro llegó aquí fue el ya referenciado en otros días Giro de 2009, en una etapa de más de 260 km con los dos descalificados del podio final copando las dos primeras plazas: Di Luca y Pellizotti. Ay. Incluso el Tour también ha visitado Pinerolo. En 2011, el Tour de Evans, vivimos un final parecido, también con Pramartino antes del final en el pueblo, con victoria de Boasson-Hagen al resolver con gran autoridad una fuga numerosa. Además de por la victoria del noruego, algunos recordarán esa jornada por la maniobra de Contador y Samuel Sánchez en el descenso de Pramartino, arriesgando con la idea de poner en apuros a los hermanos Schleck, más pacatos en este tipo de acciones. Y como el entonces maillot jaune Voeckler, entre otros corredores, erró la trazada y acabó dentro del patio de una casa a pie de carretera en un lance que, afortunadamente, no tuvo más consecuencias que la pérdida de unos segundos. La etapa de hoy, sin embargo, difiere de estos dos precedentes con un detalle muy relevante: esta vez, la cota se sube y se baja en sentido inverso a como se hizo en 2009 y 2011. Es decir, se afronta de subida su vertiente más dura, con casi 5 kilómetros al 10,5%, y se baja por la que presenta unos números ligeramente más modestos. De todos modos, no deja de ser también un descenso técnico, por carretera estrecha y revirada.

Tras el descenso espera esta pequeña ciudad piemontesa, con poco más de 30.000 habitantes, cuyo topónimo originó el del barrio de Peñarol, en Montevideo. La historia hay que empezarla a finales del siglo XVIII, cuando llegó a Uruguay proveniente de Pinerolo un tipo que abrió lo que se llamaba una pulpería. Este tipo de establecimientos, muy habituales entonces en Hispanoamérica, no eran tiendas donde comprar pulpo sino que proveían todo lo que entonces era indispensable para la vida cotidiana. El propietario se autoimpuso su pueblo de origen como mote y como nombre del negocio y el habla popular lo deformó en Peñarol. La zona donde estaba instalado prosperó, conservó el nombre y con el empuje industrial de finales del XIX acabó configurándose como barrio de Montevideo. Al cabo de más de cien años, pues, encontramos que la villa que hoy acoge el final de etapa le otorga raíz etimológica al Club Atlético Peñarol, uno de los clubes de fútbol más laureados de América Latina y que, mira por donde, también cuenta con una sección ciclista que forma jóvenes corredores. Alguien debería invitar a esos chavales a Italia para que conozcan las dos vertientes de Pramartino.