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Eslovenia se hace grande en el Tour de Francia

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Albert Rabadán | 24 Sep 2020

Eslovenia se hace grande en el Tour de Francia

Eslovenia se hace grande en el Tour de Francia

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Tadej Pogačar —a quien entevistamos en VOLATA— y Primož Roglič ocuparon el domingo pasado los dos primeros puestos del podio final del Tour de Francia en los Campos Elíseos de París. Dos eslovenos, un talento precoz que ha maravillado al mundo dando un vuelco a la carrera a dos días de cumplir los veintidós años y un ex-saltador de esquí de treinta que, probablemente, venía de ser el vueltómano más sólido del mundo el último año. Ambos son procedentes de un país con apenas dos millones de habitantes, un hecho que hace todavía más excepcional este Tour de Francia ya de por sí histórico, disputado el mes de septiembre del año de la gran pandemia mundial de la historia moderna.

El pasado Tour de Francia fue escenario de un hecho inédito: dos eslovenos coparon las dos primeras posiciones del pódium (Fotos: A.S.O. Pauline Ballet, Cor Vos) / Foto cabecera: Tadej Pogačar como recién proclamado campeón del Tour 2020 (Foto: A.S.O. Pauline Ballet)

 

De la república ex-yugoslava llegan estos dos talentos que no hacen si no consolidarse después de haber ya compartido podio final en la última gran vuelta disputada, la Vuelta a España de 2019, donde Roglič logró estrenarse en las grandes vueltas donde parecía empezar a reinar, incluido este Tour que se le ha escapado de las manos cuando lo sabía bien atado.

En el Tour no se vivía un doblete de este tipo desde el año 2012 coon los británicos Bradley Wiggins y Chris Froome. Tirando todavía más atrás, deberíamos remontarnos al duelo de los franceses Laurent Fignon y Bernard Hinault en 1984 para encontrarse otro caso similar. Ahora se suma una Eslovenia que entra en el club de los países con un solo vencedores de la carrera francesa, donde también están Irlanda (1987, Stephen Roche), Dinamarca (1996, Bjarne Riis), Alemania (1997, Jan Ullrich), Australia (2011, Cadel Evans) y Colombia (2019, Egan Bernal).

“Estas semanas están siendo una locura en Eslovenia, la verdad —explica en una llamada telefónica Janez Brajkovič, ciclista esloveno del equipo Adria Mobil—. Creo que ahora mismo todo el país conoce a Roglič y Pogačar, pero no solo eso, también a Luka Mezgec, que ha hecho segundo en dos etapas... El interés por el ciclismo como deporte ha subido mucho. Diría que en los últimos tres años se ha notado el crecimiento en la práctica de este deporte, por ejemplo en el periodo de confinamiento, e irá a más. El ciclismo en Eslovenia está en crecimiento”. 

Tras pasar por varios equipos WorldTour, Janez Brajkovič ha vuelto al Continental Adria Mobil a los treinta y seis años (Foto: Vid Ponikvar / Sportida)

 

Eslovenia se encuentra ahora mismo en la novena posición del ránquing mundial por países de la Unión Ciclista Internacional (UCI), por delante de países que han dominado el ciclismo de la última década como Gran Bretaña y con claras opciones a superar potencias como España y Australia una vez se analicen los datos de la Grande Boucle. Además de los citados Roglič, Pogačar o Mezgec, otros seis ciclistas del país eslavo corren en equipos de la primera categoría internacional, como el campeón del mundo júnior 2013 y sub23 2014, Matej Mohoric o un ganador de etapa y líder del Giro d’Italia como Jan Polanc. La pregunta sale sola: ¿a qué se debe esa concentración de talento?

“Es cierto que existe un cierto circuito de equipos amateur y continentales de desarrollo, pero eso no ha cambiado tanto desde que yo empecé. Incluso te diría que entonces teníamos más equipos a nivel continental y que ahora hay varios proyectos están sufriendo”, explica Brajkovič, que sabe lo que es la presión de ser una promesa mundial llegada desde Eslovenia. Se le puso en el radar en la Vuelta a España de 2006, con veintidós años, cuando fue líder con el potente Discovery Channel de Johan Bruyneel, quien le fichó poco después de ser campeón del mundo sub23. Llegó a batir a Alberto Contador para llevarse la general del Dauphiné 2010. Ahora, con treinta y seis años, ha vuelto al circuito continental desde donde saltó al estrellato.

“Creo que todavía hay mucho trabajo por hacer para que el ciclismo tenga la estructura que se imaginaría para un país con los resultados que está teniendo. Ahora, poco a poco, eso irá cambiando”, explica el ya veterano esloveno, que hace unos días avisaba en Twitter de que “poca gente en Eslovenia puede colgarse medallas por los éxitos de Roglič y Pogačar, y ninguno de ellos lo está haciendo públicamente”.

Brajkovič empezó su carrera en el equipo Adria Mobil, el mismo donde empezó a nivel profesional Primož Roglič su tardana carrera ciclista. Como ya es sabido, empezó a dar pedales pasados los veinte años tras abandonar una prometedora trayectoria como saltador de esquí, donde llegó a proclamarse campeón del mundo júnior.

 

 

Pogačar, en su primera carrera en 2008 (Foto: L. Andrejaš), y Roglič, cuando era saltador de esquí (Foto: Archivo Roglič)

 

Por su lado, Tadej Pogačar, nacido en Klanec, cerca de la frontera italiana con Trieste, llegó al primer nivel directamente al equipo UAE Team Emirates el pasado 2019 tras ganar el reconocido Tour de l’Avenir para sub23 la temporada anterior, cuando todavía corría en el equipo continental del club Rog-Ljubljana, donde empezó siguiendo la estela de su hermano mayor a los nueve años. Ambos son los dos únicos equipos UCI continentales masculinos con los que cuenta Eslovenia, si bien se debe tener en cuenta que Rog-Ljubljana también daba apoyo al equipo femenino BTC City Ljubljana que este año se ha fusionado con el Alé italiano, con la española Mavi García en plantilla.

“Adria Mobil es una estructura donde hay equipos de todas las categorías, desde la formación hasta la categoría continental. También creo que ha hecho muy buen trabajo el equipo donde se formó Pogačar, y es triste que no haya apenas retorno para las inversiones en formación que se hacen desde estos niveles”, explica Brajkovič, que defiende la fortaleza requerida para los ciclistas eslovenos que llegan a primera línea por un camino con pocos precedentes en el ciclismo. Entre los pocos, Andrej Hauptman, medallista mundial el año 2001, que en un reportaje a la revista Rouleur el año pasado afirmaba: “las cosas cambiaron mucho después de entrar en la Unión Europea el año 2004: antes, los eslovenos teníamos que hacer horas de cola para ir a otro país”.

Imágenes de los corredores del Adria Mobil durante el transcurso de la pasada Vuelta a Eslovaquia (Foto: Mario Stiehl)

 

“Creo que, con los pocos caminos de proyección que tienes desde Eslovenia, cuando un ciclista llega al WorldTour ya asegura tener un gran nivel —cierra Brajkovič—. El ciclismo es un deporte muy duro, donde llegar a la excelencia no es nada fácil. Hay que saber sufrir. Pensando en lo psicológico, creo que como país hemos vividos momentos traumáticos comparado con otros sitios de Europa en nuestra reciente. Y un deporte como este da mucha esperanza”. El esloveno apunta así sobre la irrupción de un pequeño país en la historia del ciclismo que parece querer llegar para marcar una generación.