“Nunca olvidaré esto. La próxima vez que empujes en el llano será en Madrid [el día de la contrarreloj]. Te lo prometo”. Con esa complicidad agradecía Wout van Aert a Sepp Kuss el enorme esfuerzo para reducir el hueco que muy astutamente había logrado Marc Soler tras coronar el Alto del 14%. Lo hacía nada más cruzar la línea de meta mientras se fundían en uno de esos abrazos sinceros por la alegría compartida. “Ha sido un sufrimiento, pero también siento esta victoria como propia”, ha comentado Kuss tras la enésima muestra de su entrega desinteresada por un compañero. Incluso Van Aert y Affini no daban crédito a la actuación del estadounidense en una faceta alejada de sus competencias.
El belga ha completado el trabajo —con ayuda final inesperada y difícil de entender por parte de Aleksandr Vlasov para neutralizar el movimiento tardío de Sivakov— y no ha desaprovechado la llegada en Córdoba para cosechar su segunda victoria en La Vuelta después de estrenarse en Castelo Branco y que Pavel Bittner le arrebatara ‘in extremis’ el triunfo en Sevilla. Ni el checo ni Kaden Groves, que se fue al suelo tras hacer el afilador en la cima del puerto, han podido disputar la etapa. Terreno despejado para Wout van Aert. Segundo ha sido Matthias Vacek y tercero un Pau Miquel que ha vuelto a coquetear con la victoria. Ambos han coronado a 15”, junto a Stefan Küng, y han tenido que remar para reintegrarse en cabeza de carrera.
Wout van Aert y Sepp Kuss celebran la victoria del belga en Córdoba (Fotografía: Sprint Cycling)
Pero aunque el desenlace ha sido el esperado, el desarrollo del relato ha tenido muchas aristas en una jornada en la que de nuevo el calor ha hecho mella en el pelotón. Los bomberos refrescando con las mangueras a los ciclistas a su paso por los pueblos es la imagen en este inicio de carrera. También la falta de ambición por buscar la fuga, en esta ocasión con un único integrante. El guipuzcoano Xabier Isasa (Euskaltel-Euskadi) ha pedaleado en solitario durante más de 140 kilómetros con la certeza de que se trataba de un reto imposible y la consolidación de ser el más combativo del día.
Xabier Isasa, el único valiente de la etapa con una aventura en solitario frente al calor y los tramos de viento de cara (Fotografía: Naike Ereñozaga / Cxcling)
Fotografía: Toni Baixauli / Cxcling
El estado de letargo en el que se había sumido la etapa ha concluido en la aproximación al Alto del 14%. El equipo Red Bull-BORA ha tomado el mando del pelotón para endurecer la subida. “Pensaba que sería un esprint con un grupo más grande, pero el ritmo ha sido brutal”, ha confesado Van Aert en el podio. Parecía el inicio de la remontada de Primo Roglič. Sin embargo, la efusividad en el ritmo se ha ido diluyendo hasta dejar solo al esloveno a falta de 2 km para la cima; y cortando a su segunda baza Florian Lipowitz. El objetivo era la bonificación, pero la estrategia ha transmitido demasiadas fisuras. Todavía falta engrasar la máquina si quieren destronar a Ben O’Connor.