Este mes de abril, el ciclista irlandés Sean Kelly apuntaba, a través de su página web, que en el inicio de la temporada ciclista había observado cómo muchos ciclistas habían tenido lesiones de fracturas óseas y eso le preocupaba. Exponía una lista de diez casos que había contabilizado entre los que figuraban cinco clavículaa rotas, dos hombros, una muñeca, un dedo y un escafoides. Entre los damnificados, había veteranos como Andre Greipel y Tony Gallopin y también jóvenes, como Iván Sosa. El más perjudicado era el belga Ben Hermans, del Israel Start-Up Nation, que sufrió una aparatosa caída en el Tour Down Under que le había provocado una compleja fractura de hombro, de clavícula y de varias costillas.
Kelly también observaba asombrado como corredores del nivel de Nairo Quintana y Adam Yates, ciclistas destinados a luchar por las clasificaciones generales, eran capaces de tener actuaciones muy destacables ya en el mes de febrero. “Vi con asombro cómo Qunitana ganó una etapa en el Tour de La Provenza, donde, subiendo el Mont Ventoux, hizo un tiempo similar al que podría haber hecho Pantani durante su apogeo en el Tour de Francia en pleno de mes de julio”, comentaba el irlandés, que, a su vez, llamaba la atención sobre el rendimiento de Yates en el Tour de los EAU aquellos mismos días. Eso le hizo pensar: “comencé a mirar el modo en el que los ciclistas se preparan ahora en comparación con el pasado, en concreto durante los años de mi carrera, y cuán desequilibrado se ha convertido esa preparación. Algunos de los corredores ya han hecho declaraciones sobre el nivel a comienzo de la temporada y cuán alto está incluso durante las primeras carreras”.
Sean Kelly durante el Tour de 2012, ejerciendo de comentarista (Foto: Presse Sports)
El campeón irlandés, que proviene de un mundo ciclista en el que no existían los marginal gains, intentaba buscar una relación entre la preparación hoy en día de los corredores y los desequilibrios que eso comporta para su salud, e incluso para la densidad de sus huesos. Ponía como ejemplo a Mark Cavendish y todas la caídas que ha tenido a lo largo de sus carrera. “A veces tenía caídas a velocidades superiores a 60 km/h, pero al día siguiente volvía a estar encima de la bici y disputando esprints. ¿Cómo soportaba su cuerpo el impacto sin romperse ningún hueso?”
Según apunta Kelly, la respuesta está en el periodo invernal. Esas semanas sin competición servían para descansar de la bici y eso hacía que muchos corredores se engordaran (mucho), como le podía pasar a Greg Lemond. “Sin embargo, nuestros cuerpos habían tenido la oportunidad de rehacerse y de recuperarse para hacernos más fuertes, y no solo en capacidad de potencia, sino que éramos fuertes físicamente. Cavendish también lo era, ya que tenía suficiente fortaleza cómo para ser capaz de aguantar las caídas sin que se le rompiera ningún hueso”. Y continúa: “Cuando la temporada terminaba, colgábamos la bici de competir, o nos deshacíamos de ella y nos fortalecíamos físicamente haciendo MTB, corriendo, con circuitos de fitness, esquí de fondo y algunos de nosotros volvíamos a trabajar en la granja. Eso hacía que nuestros cuerpos fueran más fuertes y estuviéramos más frescos de mente. He ganado siete París-Niza con este sistema, así que parece que funcionaba bastante bien”.
Fotos: Presse Sports / archivo Mavic
Kelly apunta que ahora hay muchos profesionales que no se bajan nunca de la bici en todo el año y afirma que eso es conlleva “menor densidad ósea y eso puede ser la causa de tantos fracturas en el pelotón. A los equipos solo les interesa los resultados y hay poca preocupación por la salud a largo plazo de los corredores”.
A tenor de estas declaraciones, es pertinente recordar casos com el del ahora ex corredor Ian Boswell (Sky, Katusha), que en VOLATA#17 nos explicó sus experiencias en una comunidad rural en Vermont, donde reside en la actualidad después de retirarse este 2020. “Es una forma de vida totalmente distinta a la que vivo en Niza, en Europa. Ahí estoy cien por cien centrado en el ciclismo; me levanto, hago estiramientos, entreno, vuelvo a casa, hago una cabezadita... Cada día es lo mismo. Y cuando estoy en casa, donde normalmente puedo ir allí en medio de la temporada cuando hay un parón, es genial poder tener esa vida más espontánea, distinta a la otra en la que todo está planificado. Por ejemplo, si cuando voy a entrenar y veo que un árbol se ha caído, dejo la bici y me ocupo de eso y lo corto para la leña”.
Lo cierto es que en el mundo del ciclismo ha habido bastantes casos de ciclistas que provienen de entornos rurales, el mismo Sean Kelly o como Michał Kwiatkowski, por ejemplo. En los años cuarenta Gino Bartali y Fausto Coppi trabajaban en las haciendas familiares fuera de temporada, en los setenta y ochenta, también Joaquim Agostinho y Marc Madiot combinaban el deporte de élite con la vida campestre; y, en la actualidad, hay corredores como Gianni Moscon (Team Ineos) y Yves Lampaert (Deceuninck Quick-Step), a quien es frecuente verlo en su tractor en las redes sociales.
Yves Lampaert (Foto: Deceuninck - Quick-Step Cycling Team)
Una época de oportunidad
Ahora que el Covid-19 ha parado la competición y ha proporcionado un momento de pausa para poner las cosas en perspectiva, el irlandés se aventura a dar su consejo a los ciclistas, tanto a los profesionales como a los amateurs o recreacionales, para tener una mejor forma física general. “Mi recomendación sería correr un poco una o dos veces por semana; más, podría incurrir en una lesión. Hacer pesas si se dispone de ellas o hacer ejercicios como flexiones y sentadillas con el propio peso corporal. Cortar madera o buscar alguna otra forma de trabajo al aire libre que requiera esfuerzo físico. Hacer una dieta variada, no preocuparse si en el plato hay algo de grasa y no dejarse llevar por ninguna de esa dietas que están de moda. Beber unas cervezas o una copa de vino y relajarse. Y mi consejo, especialmente para nosotros, los ciclistas no profesionales que cargamos con unos 10 kg adicionales en nuestro cuerpo, es no preocuparse por la barriga cervecera. Tener un poquito es señal de buena salud. Para los pros, es complicado de poner en práctica porque todos quieren estar en las mejores condiciones para competir y poder estar al nivel que exigen los equipos. Sin embargo, en mi opinión, todo esto es algo que debe replantearse seriamente”.